sábado, 10 de septiembre de 2016

Familias

Mis abuelas me enseñaron a no discriminar a los demás por su estilo de vida, en lo tocante a cuestiones que tienen que ver con la idea - cualesquiera que sea esa idea - de la "familia modelo"... con ellas aprendí que existen muchos modelos de familia, y esto se me convirtió en convicción con el paso del tiempo.
¿Qué es una familia? yo creo que es un grupo de personas que están unidas por alguna razón y que se encargan de procurarse las unas a las otras. En la familia la diferencia cuenta, es decir, la familia está integrada por alguien de más edad, o con más recursos, que se encarga de cuidar de alguien que en comparación presenta cierta vulnerabilidad: le acoge, lo nutre, a veces hay roces y reconciliaciones, y así se va la vida, hasta que una de las partes puede emprender el vuelo, o la relación cambia - en cuestión de la vulnerabilidad, o se suman otros integrantes... 
En la vida de mis abuelas, siempre hubo un momento - o tal vez varios - que la aura de protección que brinda una familia se extendió hacia pequeños (ahora ya no lo son tanto) quienes en otro entorno - en el de las "familias modelo" o en el "sentir popular" - estaban no solo en riesgo de exclusión, sino de auténtica destrucción por el rechazo social, por su origen, por su condición.
Eso no sucedió porque hubo alguien con la compasión, el respeto y el interés necesario para torcer el curso de las cosas, y abonar a un presente más luminoso.
Ni siquiera yo podría presumir que conseguí apegarme al modelo de familia, y puedo contar muchas historias que dicen que la vida que se integra alrededor de un núcleo no está exenta de tropiezos, fracasos, reconstrucciones ... por eso me darían risa los marchantes si no hubiera que tomarse en serio la intolerancia que expresan ... la estupidez de la intolerancia... porque ¿qué le puedes exigir al Estado en relación con la protección a la familia? ¿Que nos reduzca a todos a un modelo "estándar"?
¿Que obligue a que el núcleo "modelo" permanezca a pesar de la violencia intrafamiliar?
¿Que "reeduque" a una mujer que tiene un aborto espontáneo?
¿Que permita que se apedree a los adúlteros y a los homosexuales?
La sociedad decente hay que construirla desde la tolerancia y el respeto... el reconocimiento a las agrupaciones que formamos y que deriva en derechos y obligaciones, tiene que extenderse hacia las personas... independientemente de sus preferencias... y respetar proyectos de vida legítimos y dignificantes, sin considerar las diferencias.

He escuchado tantas estupideces en estos días... 

Desde mi punto de vista, lo exigible al Estado es el favorecer las condiciones para que el cuidado que brinda la familia a sus integrantes se realice de manera efectiva: menos sospechas ante las madres que trabajan y que piden flexibilidad en horario a sabiendas que una cumple con sus responsabilidades laborales pero no a expensas del cuidado hacia los hijos; más educación a los y las jóvenes sobre sí mismos, sobre sus decisiones, sobre el ejercicio responsable de la sexualidad; más apoyo para el cuidado de los ancianos y enfermos, de nuevo, sin la sospecha de que uno quiere evadirse del trabajo porque tiene al familiar enfermo; mejor educación para madurar como personas, aprender sobre la defensa de la dignidad y el respeto mutuos, aprender sobre el diálogo, la conciliación, la solidaridad... y apego a la República Laica.

Tampoco nos caería mal aprender sobre la compasión.

Diría Tolstoi que las familias felices no tienen historias que contar... yo diría que hay un engaño en esa afirmación... porque si todas las familias tienen historias - algunas de auténtico terror - entonces, no existen familias felices, el Estado no las fabricará, y todos tendríamos el reto de mirar hacia nuestra propia familia y ver cómo nos las vamos arreglando para aspirar a esa felicidad... mientras, seguiremos escribiendo historias.