lunes, 15 de mayo de 2017

¿Cómo de que no?

Quizá tengo una familia - baby boomer - promedio (6 hermanos nacidos entre 1962 y 1971) esto de la maternidad me causa sentimientos encontrados... tengo dos hijos, esto significa que no le dí la vuelta a lo que en la época en que mi madre se casó se consideraba el "destino más sublime de la mujer"...
... pero también soy irónica y bipolar en relación con el Día de las Madres... el mismo día una puede resultar conmovida por gestos y detalles pequeños y humanos que enaltecen el día, y por el otro, renegar de la paralización casi total de las actividades alrededor.
Sin embargo, una no deja de ser quien es... mi madre siempre - hasta donde recuerdo - siempre trató de alentar a sus crianzas a que defendiéramos nuestros puntos... "¿cómo de que no?" era la expresión cuando uno llegaba de capa caída, después de una muy frustrada negociación en donde uno entraba - como diría un muy querido amigo - con la retaguardia expuesta (bueno, eso no lo decía así, pero así era)... y entonces, nos metía un regaño, nos mandaba a la segunda vuelta... y a veces - ante el rotundo fracaso - tomaba las riendas del asunto, en donde, seguramente, el oponente terminaría por ceder, pedirle perdón, asumir culpas propias y ajenas y retirarse con el rabo entre las piernas.
Hasta la fecha, y con 81 años de trayectoria, mi madre continúa siendo el terror de todo aquél que se atreva a meterse con alguien de su tribu estando ella presente... esto, por supuesto, ha tenido sus consecuencias...
... el albañil que - al ser interpelado por mi madre - deja de trabajar porque tiene que consultar conmigo lo que ya le había pedido... pero le tiene miedo a la señora,
... los policías y microbuseros locales, que terminan regañados - regañadísimos - porque se atreven a torcer los hechos para sacar provecho de ellos (terminan pidiéndole la bendición y besándole la mano)... 
... y así hay muchas historias...
Pero la verdad es que uno observa y dice... "yo no voy a actuar de este modo"...
¿no?
Mi criatura número 1 - que va llegando al cuarto de siglo - nació para ejecutivo; tiene la mala tendencia de que cuando señala que hay un asunto por resolver - y su mamá se hace cargo -  simplemente se desentiende del desenlace (mal por mí, mal por él)...
y su mamá (yo) juro y perjuro que será la última vez que lo hago, que lo dejaré "hacerse bolas".
ja, ja... la de hoy...
- Mamá, ¿pagaste el resto del anillo (de graduación)
- Sí, te dejé el comprobante en tu cuarto y te lo dije
- Es que no me lo entregaron porque no tengo comprobante de pago...
- (pensando... "es-tú-pendo, ya valió el depósito porque este nunca...") cara de furia, gritos, sombrerazos, mi amigo el profesor muerto de la risa y yo furiosa...
Pasan 5 minutos... hablo por teléfono...
- Aquí tengo en mi chequera el comprobante que hice el depósito, ¿crees que esto servirá?
- Pues vamos a ver...
¿Quién hizo la cola de nuevo?
¿Quién negoció con los señores del anillo y mostró algunas evidencias?
¿Lo logramos?

Conclusión... soy mi madre... 





domingo, 2 de abril de 2017

Efecto Doppler

Esa práctica de física si me la aprendí... y si acudimos a la fuente más accesible en Google (Wikipedia) se trata de "el cambio de frecuencia aparente de una onda producida por el movimiento relativo de la fuente respecto a su observador"1, la verdad, más sencillo que definirlo, es mejor ilustrarlo el punto o la fuente donde se genera el movimiento y el efecto de expansión que genera: 

Vale la pena decir que tengo muchos alumnos que son ingenieros... y que la mecánica (así como a Kant el Giro Copernicano) me ha servido para encontrar algunos ejemplos que uso como punto de partida para alentar cierta comprensión sobre la idea de la ética.
Sin embargo, hasta este momento se me ocurre que esta explicación proveniente de la física, debiera ser utilizada para ilustrar el cómo nuestras acciones no solo tienen repercusión en nosotros mismos, sino generan un efecto de onda expansiva.
La educación debería enseñarnos a pensar desde uno mismo hacia los demás... incluyendo más allá de la situación o problemática directa, o de los posibles directamente involucrados, sino pensando en un efecto expansivo y a más largo plazo.
Nuestros modelos de pensamiento han dejado de centrarse en el sujeto en tanto persona, para hacer conexión simplemente con el ego... mientras yo resuelva mi problema, lo demás que siga su propio curso... el caso es sencillo, en un examen planteo una situación que pone al protagonista (un estudiante) en la posibilidad de presentar un plagio del que "nadie se va a enterar" y más de un estudiante argumenta que es algo legítimo... que finalmente se trata de la "felicidad" del protagonista... y que no afecta a nadie más... en suma, no considera la situación más allá del punto de origen y las consecuencias inmediatas, una vez el fin es lograr un resultado aceptable, el bien es externo... no se valora siquiera la integridad personal, el riesgo de minar un carácter que uno no se toma la molestia de explorar o reconocer porque es un ejercicio complejo, engorroso ¿y si descubro que no me gusto? ¿qué me puede importar el engaño del que hago objeto a otra persona si en realidad ni se va a dar cuenta ni funciona en relación con mis intereses?
Estructuramos nuestras comunicaciones para alimentar millones de egos... y difícilmente lo hacemos para establecer lazos de comprensión, respeto y comunicación, el resultado, que se considere que es legítimo hacer trampa mientras no me cachen... y si me cachan... pues que no sean tan malos conmigo, que lo dejen pasar sin consecuencia... porque ¿cómo me voy a reconstruir ante el fracaso?
Ya no en las clases de física, sino en la educación en general, deberíamos reconocer el potencial educativo de un modelo como el "efecto doppler" y aprender a pensarlo también en lo social...
Dicen que los antiguos navegantes de la Polinesia aprendieron a navegar el inmenso Océano Pacífico con la fuerza de sus sentidos... que conocían las corrientes por el cambio de temperatura o el aroma de los vientos... es decir... iban más allá del punto de incidencia...
Ese - quizá - debería ser el reto de una "reforma educativa" que presume su meta de "formar ciudadanos"... enseñar a reconocer que uno es el punto de incidencia, pero que sus impactos tienen efecto más allá de las acciones presentes... eso... y quitarnos de una vez la idea de que los números (las calificaciones) son fines en sí mismos.

Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Efecto_Doppler, fecha de última consulta 2 de abril de 2017.

sábado, 11 de marzo de 2017

Emmanuel Kant 2.0 (o don Manuelito en el fesibuk)

Citando a mi querida "Piojito Potter", los dos primeros meses fueron ensayo.

Como la moral es social, crecemos en un mundo donde aprendemos a controlar nuestros impulsos desde el sistema de normas (legales, sociales, religiosas, morales) que se nos imponen, y aprendemos a interiorizarlos.
Sin embargo, la ética es un asunto más complicado, porque cada día me convenzo más que no basta la argumentación que nos presente cualquiera de los respetables teóricos que conforman la enciclopedia de la ética, sin que cada uno haga un ejercicio de orden psicológico, hacia sí mismo.
Es muy sencillo apuntar el dedo para señalar hacia cualquier punto en el espacio donde encontramos la dimensión de lo correcto o lo incorrecto... más complicado es apuntar hacia sí mismo, porque tampoco se puede hablar de ética sin ejercitar y desarrollar el músculo del pensamiento crítico.
En ocasiones el cine nos cuenta historias sobre un mismo hecho, pero desde la perspectiva de distintos testigos (Rashomon, de Akira Kurosawa; "El Puente de San Luis Rey", por ejemplo), cada uno plantea una interpretación de los hechos, desde la perspectiva de su propia experiencia... el pero es que ninguno de ellos es el protagonista y por lo tanto, no puede saber las auténticas motivaciones que mueven al sujeto señalado a actuar de una u otra forma... pero lo juzgamos, lo sentenciamos y lo condenamos por esa pequeña porción de realidad que se difunde aderezada de los juicios nada críticos de algún testigo.
El problema de la ética es que pensamos que solo los grandes cuestionamientos morales, las tremendas disyuntivas existenciales, incluso en juicio crítico, son herramientas del pensamiento que aplican en momentos muy específicos, sin darnos cuenta que en realidad forman parte de nuestro carácter, que se conoce en la vida cotidiana - de forma individual o en grupo, en situación "normales" o bajo circunstancias extraordinarias, porque finalmente siempre somos el mismo sujeto; es por esto que afirmo que la ética requiere de una dimensión psicológica, un conocimiento de sí mismo y un conocimiento de que nuestra naturaleza como seres humanos es muy parecida - todos tenemos nuestro lado luminoso y obscuro.
Aprender a pensar antes de reaccionar ha sido - desde tiempos muy remotos - algo que consideramos los humanos que nos distingue de otros seres vivos y nos permite la vida en sociedad. Sin embargo, la espectacularidad de las redes sociales, de las tecnologías que nos llevan a ser tanto productores como consumidores de contenidos, de alguna forma potencian esa capacidad tan humana de reaccionar antes de hacer una pausa y preguntar si lo que juzgo en verdad corresponde a los hechos de los que soy testigo.
Yo uso las redes - como muchos otros - para dejar mensajes que me permiten remontar bloqueos; mis amigos reaccionan y a veces armamos conversaciones, otras simplemente se agradecen sus respuestas, porque finalmente lo que uno busca es ser escuchado por alguien más que su conciencia. De la misma manera, uno escribe diarios, habla por teléfono, deja mensajes... incluso pinta, hace ejercicio o se dedica a la carpintería... para romper bloqueos, dejar el estado de entropía y permitir que entre aire y nuevas ideas.  Y si bien es cierto que todo lo que uno pone aquí deja huella, también es cierto que hay mucho que se interpreta sin un contexto... y llega hasta donde llega... el punto en que una persona es efectivamente impactada por una interpretación: ya sea que se le retire la visa, le armen una investigación en el trabajo, lo consideren persona "non grata", etc.
Somos demasiado humanos, demasiado reactivos y esto deberíamos aprenderlo desde el principio... de hecho, una de las tareas más trascendentes de la educación es - y debe seguir siendo - enseñar a pensar de manera crítica, no solo ante problemas del tamaño de un iceberg, sino ante la vida cotidiana.
Kant diría que el juicio crítico pasa por aprender a pensar por uno mismo (de tal manera que la norma de tu voluntad sea congruente con una Ley Moral Universal asumida libremente), pensar en el lugar de cada otro (porque cada persona es un fin en sí misma y no debe ser utilizada como un medio) y pensar siempre de acuerdo con uno mismo (como si uno fuese quien establece lo que es justo para todo el mundo).
La suma de conocimiento de la realidad y la imaginación que se necesita para encontrar los reguladores morales que le permiten a uno actuar con autonomía moral, es una posibilidad para cualquier persona "moralmente educada" diría Adela Cortina... y lo que yo digo (y tal vez don Manuelito Kant diría) es que particularmente en el internet el pensamiento crítico es una competencia de la que no podemos desprendernos, ni  cuando comunicamos o c
uando reaccionamos ante memes, declaraciones y algunas otras linduras que uno pone en el feis para desatorarse o compartir un sentimiento, una página, un hallazgo con sus amigos.

sábado, 31 de diciembre de 2016

¡Camínale!

Por alguna extraña razón - o producto de miles de años de evolución - a los seres humanos nos gusta medir, para centrarnos en un punto determinado... del mundo, del universo, de la vida.
Medimos el tiempo, la distancia... y así intentamos ubicar el punto exacto en el que nos encontramos en un momento dado; decimos "aquí y ahora" para establecer que venimos de algún punto y - posiblemente - vamos hacia otro.
Otros seres vivos siguen el ciclo que les marca el orden del universo... nosotros nos resistimos a ello, lo aprendemos desde la más temprana edad, y esto - dirían los budistas - es el origen del sufrimiento, porque siempre anhelamos algo que ya no tenemos.
Pero la realidad es que no llegaríamos a ser lo que somos, si no tuviésemos la facultad de mirar hacia algo que deseamos; aunque este deseo no siempre lo veamos realizado tal como lo imaginamos... a veces se cumple incluso sin que nos demos cuenta.
Hoy recordé una lección de vida, que siempre- en el mismo lugar y la misma circunstancia - me repito... y tengo muy presente a quien me la impartió... porque tiene que ver con las prisas de uno y la naturaleza de las cosas: la segunda vez que subí a la Malinche - 20 años o más de distancia con la primera - me encontraba en condiciones muy semejantes, me explico - escasa condición física (aunque no tan mala dado que llegué), más arrastrada por el grupo (¿y cómo yo no?) y la curiosidad que por una auténtica convicción de trepar el cerro... y eso sin contar el ego ("yo lo hice")... en realidad el montañismo es una de esas extrañas cosas que le ocurren a uno en donde el debate es ¿me lo pierdo o lo vivo?... 
Pues así, estaba yo... el ascenso era en grupo y algo de lo que no me percaté es de la maravillosa responsabilidad de los guías, porque ellos tienen que asumir el paso del grupo, apoyar a los rezagados, respetar al que quiere decir "hasta aquí llego" y persuadir a los necios (dado el caso) para que respeten la montaña... pues no se trata de vencerla - es imposible - sino de aprender a comulgar con ella.
Parece fácil - en distancia se puede decir que es mínimo - pero cuesta arriba, 50 metros no es lo mismo que en terreno plano... y me fui retrasando ... allí estaba, con la prisa del grupo y en el más absoluto desgaste tratando de subir... cuando Luis Miguel Román - que de alguna forma iba como guía - redujo el paso y hasta que llegué junto a él...
"Mira" - me dijo - "cuando yo siento que se me hace difícil la subida me voy marcando metas pequeñas... voy a llegar hasta ese árbol, cuando llego pienso, ahora hasta ese otro... y así sucesivamente"... en esa segunda ocasión, mucho mejor que la primera vez que subí, o que subí al Nevado de Toluca (no tengo más altas montañas en mi historial, hasta el momento)...de pronto llegué hasta el espinazo ese que lleva a la cumbre (que es un sendero plano, el el borde de la montaña)... nunca se me ha olvidado... y me acuerdo de esto los días en que tengo que subir otras pendientes (físicas o mentales) y logro acallar a ese demonio que me susurra "no puedes", "pero ¿cómo todavía?", "¿Por qué los demás sí?"...
Uno tiene su propio ritmo, uno divide las etapas de su viaje de acuerdo a sus propias capacidades... lo que es un hecho, es que para tropezarse con las maravillas de la vida, para realizar sueños, para cerrar ciclos o plantearse nuevas metas... hay que caminarle...
¡Que tengas un gran 2017!


sábado, 10 de septiembre de 2016

Familias

Mis abuelas me enseñaron a no discriminar a los demás por su estilo de vida, en lo tocante a cuestiones que tienen que ver con la idea - cualesquiera que sea esa idea - de la "familia modelo"... con ellas aprendí que existen muchos modelos de familia, y esto se me convirtió en convicción con el paso del tiempo.
¿Qué es una familia? yo creo que es un grupo de personas que están unidas por alguna razón y que se encargan de procurarse las unas a las otras. En la familia la diferencia cuenta, es decir, la familia está integrada por alguien de más edad, o con más recursos, que se encarga de cuidar de alguien que en comparación presenta cierta vulnerabilidad: le acoge, lo nutre, a veces hay roces y reconciliaciones, y así se va la vida, hasta que una de las partes puede emprender el vuelo, o la relación cambia - en cuestión de la vulnerabilidad, o se suman otros integrantes... 
En la vida de mis abuelas, siempre hubo un momento - o tal vez varios - que la aura de protección que brinda una familia se extendió hacia pequeños (ahora ya no lo son tanto) quienes en otro entorno - en el de las "familias modelo" o en el "sentir popular" - estaban no solo en riesgo de exclusión, sino de auténtica destrucción por el rechazo social, por su origen, por su condición.
Eso no sucedió porque hubo alguien con la compasión, el respeto y el interés necesario para torcer el curso de las cosas, y abonar a un presente más luminoso.
Ni siquiera yo podría presumir que conseguí apegarme al modelo de familia, y puedo contar muchas historias que dicen que la vida que se integra alrededor de un núcleo no está exenta de tropiezos, fracasos, reconstrucciones ... por eso me darían risa los marchantes si no hubiera que tomarse en serio la intolerancia que expresan ... la estupidez de la intolerancia... porque ¿qué le puedes exigir al Estado en relación con la protección a la familia? ¿Que nos reduzca a todos a un modelo "estándar"?
¿Que obligue a que el núcleo "modelo" permanezca a pesar de la violencia intrafamiliar?
¿Que "reeduque" a una mujer que tiene un aborto espontáneo?
¿Que permita que se apedree a los adúlteros y a los homosexuales?
La sociedad decente hay que construirla desde la tolerancia y el respeto... el reconocimiento a las agrupaciones que formamos y que deriva en derechos y obligaciones, tiene que extenderse hacia las personas... independientemente de sus preferencias... y respetar proyectos de vida legítimos y dignificantes, sin considerar las diferencias.

He escuchado tantas estupideces en estos días... 

Desde mi punto de vista, lo exigible al Estado es el favorecer las condiciones para que el cuidado que brinda la familia a sus integrantes se realice de manera efectiva: menos sospechas ante las madres que trabajan y que piden flexibilidad en horario a sabiendas que una cumple con sus responsabilidades laborales pero no a expensas del cuidado hacia los hijos; más educación a los y las jóvenes sobre sí mismos, sobre sus decisiones, sobre el ejercicio responsable de la sexualidad; más apoyo para el cuidado de los ancianos y enfermos, de nuevo, sin la sospecha de que uno quiere evadirse del trabajo porque tiene al familiar enfermo; mejor educación para madurar como personas, aprender sobre la defensa de la dignidad y el respeto mutuos, aprender sobre el diálogo, la conciliación, la solidaridad... y apego a la República Laica.

Tampoco nos caería mal aprender sobre la compasión.

Diría Tolstoi que las familias felices no tienen historias que contar... yo diría que hay un engaño en esa afirmación... porque si todas las familias tienen historias - algunas de auténtico terror - entonces, no existen familias felices, el Estado no las fabricará, y todos tendríamos el reto de mirar hacia nuestra propia familia y ver cómo nos las vamos arreglando para aspirar a esa felicidad... mientras, seguiremos escribiendo historias.

miércoles, 31 de agosto de 2016

Tío "Voldemort"

Para Marco González

"Al tirano se le enfrenta", tronó Enrique Krauze en el recién estrenado noticiero de Loret de Mola (quien sin duda como comunicador titular de noticiero tiene mucha suerte, porque desde que arrancó el nuevo formato, no han parado de caerle noticias de interés público). 
Después de eso, apagué la televisión, porque me temí que Krauze hablaría en términos favorables de la "invitación" por parte de la presidencia de México al Sr. Trump; entonces me acordé de un chistesín de tiempos de Miguel de la Madrid, va:

Está el Sr. Presidente en el aeropuerto "Benito Juárez" esperando la llegada del Sr. Reagan, que viene de visita a México. Entonces, el Sr. Presidente - para matar el tiempo y hacer un poco de labor social - decide bolearse los zapatos.
Como parte del ritual, el encargado de tal actividad suele remangar la parte baja de los pantalones para no manchar con la grasa del calzado la prenda.
Entonces, le avisan al titular del Ejecutivo, que el avión está por aterrizar, que por favor se apresure a incorporase a la comitiva, esto impide que el bolero concluya su tarea.
Uno de los acompañantes, se da cuenta que el Sr.Presidente trae los pantalones remangados y se le acerca discretamente para murmurarle al oído... "Sr. Presidente, los pantalones"...
"Los pantalones ¿qué?" responde el preciso...
"Bájese los pantalones"
"Ah, ¿que ya desde ahorita"?

Cambie los nombres por los protagonistas de la nota del día de hoy... no sé de que van a hablar, pero la mitad de los especialistas opinan que no es momento ni lugar... lo que alcancé a escuchar de Krauze - como ejemplo histórico - fue la mención que hizo de aquélla visita del Primer Ministro de Inglaterra - Chamberlain, a Adolfo Hitler... guardadas las proporciones y la distancia.

Después, mi mente cochambrosa - y pensando que al actual Ejecutivo está probado que no se le ocurren muchas ideas propias - se puso a pensar de donde vendría tan "brillante" iniciativa:
¿Forma parte de la campaña esa de que lo "bueno no se dice"?
¿Se trata de un golpe de efecto mediático? ¿En qué sentido? ¿Abriendo un frente más?
¿Cree que así neutralizan al oponente? (¿desde cuando invitas a comer a tu depredador? pregunto)
¿Espera que en el trayecto de ida o vuelta al transporte le suceda algo?
¿El Sr. Trump expresó por iniciativa personal su deseo de sumarse al luto del pueblo mexicano por la irreparable pérdida de "El Divo de Juárez"?
Como dicen en un tweet ¿Viene a negociar para que Grupo Higa le construya el muro?

Mi mente cochambrosa brincó para otro lado y se acordó de la historia de Harry Potter.
Sucede que el oponente de Harry, Lord Voldemort, comienza su retorno desde un punto en el que está neutralizado, pero existe gran cantidad de mortífagos - partidarios - a su alrededor, que están dispuestos a favorecer su regreso y su control del mundo, entre ellos se encuentran dos personajes bastante parecidos a un par de elementos en el gabinete, uno de ellos es un torpe traidor que hace lo que le dicen que haga, quiere quedar bien con "el que no puede ser nombrado" y se convierte en su agente operador... Peter Pettigrew, quien en pocas palabras no tiene ninguna iniciativa propia, hace todo lo que le dicen.
Otra del equipo, Bellatrix Lestrange, es capaz de hacer cualquier cosa por el Sr. Obscuro.
A ver... ¿a quién le toca manejar la política internacional?
¿Cuál es su segundo apellido? ¿Quién es su tío?

Sobre Lord Voldemort, hay que acordarse que se convierte en una serpiente, con un veneno mortal, y que para ser destruído tienen que destruirse antes los "horrocruxes", porque de lo contrario sigue, segruirá vivo y con la posibilidad de regresar al poder...

Ya sabíamos que el innombrable está de regreso... ¿En dónde está la Orden del Fénix? ¿Quién es el Harry Potter que va a defendernos? (no, el rayito de Macuspana, no...)
A ver Sra. Rowling... le faltó programar esta parte de la realidad nacional.

viernes, 12 de agosto de 2016

El cuerpo como agenda

De pronto uno se mete al huracán de la vida, y puede considerarse afortunada si le da tiempo para leer por las noches... porque en otras actividades no es posible detenerse.
Casi dos meses sin escribir, porque no hubo un momento, y cuando pudo haberlo renuncié voluntariamente a entrar en la red, a veces es bueno desintoxicarse.
Y como sucede con los fenómenos del viento, la tierra y el agua, que cuando se dejan caer sobre los seres humanos sacan a flote aquéllo que está oculto, sea que lo califiquemos "bueno", "malo", "sorprendente" o "milagroso", uno no se libra de las secuelas.
Después de dos meses intensos, donde pasé del alejarme de lo cotidiano - útil siempre para ponerlo en perspectiva - tomé algunas decisiones que poco a poco voy llevando a cabo, decidí hacer cambios y ajustes... y me fui a un viaje que no puedo decir que haya sido descansado - sino todo lo contrario - el cuerpo decidió hablar conmigo... y de pronto me pasa la factura de un montón de detalles... primero la movilidad, después el dolor focalizado, finalmente el brote del pasado en la piel del presente (bonita forma de llamar a algo que - me temo - se llama "herpes zóster intercostal" (no soy doctor, pero ya lo conozco, y cualquiera que haya tenido varicela es altamente susceptible a que el día menos pensado le regrese)... pero no es la lata de algo que no tiene una cura, ni se quita... solo se controla (por cierto, leer de esto en Wikipedia deprime a cualquiera que se mueva alrededor del quinto piso).
Si combino el proceso del brote (que es alucinante, porque uno no sabe ni porqué le duele como le duele el asunto) con la sutileza de una mastografía (¿quién las inventó por Dios?) que hasta el lunes voy a revisar con mi médico... y todo el vapuleo de estas dos semanas... quizá lo más frustrante sea lo que ya veo venir, el resultado de la batería de análisis y otros detalles (se llama "papanicolau") de la consulta me terminará diciendo - me temo - algo como "ponte a hacer algo porque la buena noticia es que solo tienes sobrepeso"... (pero no hay que ser arrogante, uno tiene que ir con el especialista)... "Ah, y herpes zóster intercostal, pero ya se te está pasando"... "y lo de las articulaciones, pues tú sabes que con esos antecedentes"... "pero dado el caso, estás muy bien, solo tienes que bajar de peso" (y sacarme el "Melate", diría yo, con algo me debo consolar)...
Finalmente, ¿cuál es la conclusión ante todo el vapuleo?... pues que la vida sigue, los cambios requieren esfuerzo, pero lo más importante y aquéllo que debiéramos tener presente como parte de una educación que nos debería hacer dueño de nosotros mismos... el cuerpo es nuestra agenda, todo lo nuevo, todo lo gozoso y todos los pendientes nos pasan factura a través del cuerpo... hace unos meses me salí del entorno habitual para experimentar otro  - con condiciones distintas y circunstancias distintas - y allí pude poner en lista de revisión mis pendientes... ¿creía que tenerlos tanto tiempo acumulados no me pasaría factura? ... todo lo contrario, soltar es liberar, y si tienes todavía pendientes en la agenda, algo te los hará evidentes... el cuerpo es la agenda del alma... no podemos dejar que tanta acumulación de pendientes lleven a afectar de manera irremediable el frágil equilibrio que representa el cuerpo... ¿por qué no es un aprendizaje fundamental y parte de nuestra forma de vida?