sábado, 11 de marzo de 2017

Emmanuel Kant 2.0 (o don Manuelito en el fesibuk)

Citando a mi querida "Piojito Potter", los dos primeros meses fueron ensayo.

Como la moral es social, crecemos en un mundo donde aprendemos a controlar nuestros impulsos desde el sistema de normas (legales, sociales, religiosas, morales) que se nos imponen, y aprendemos a interiorizarlos.
Sin embargo, la ética es un asunto más complicado, porque cada día me convenzo más que no basta la argumentación que nos presente cualquiera de los respetables teóricos que conforman la enciclopedia de la ética, sin que cada uno haga un ejercicio de orden psicológico, hacia sí mismo.
Es muy sencillo apuntar el dedo para señalar hacia cualquier punto en el espacio donde encontramos la dimensión de lo correcto o lo incorrecto... más complicado es apuntar hacia sí mismo, porque tampoco se puede hablar de ética sin ejercitar y desarrollar el músculo del pensamiento crítico.
En ocasiones el cine nos cuenta historias sobre un mismo hecho, pero desde la perspectiva de distintos testigos (Rashomon, de Akira Kurosawa; "El Puente de San Luis Rey", por ejemplo), cada uno plantea una interpretación de los hechos, desde la perspectiva de su propia experiencia... el pero es que ninguno de ellos es el protagonista y por lo tanto, no puede saber las auténticas motivaciones que mueven al sujeto señalado a actuar de una u otra forma... pero lo juzgamos, lo sentenciamos y lo condenamos por esa pequeña porción de realidad que se difunde aderezada de los juicios nada críticos de algún testigo.
El problema de la ética es que pensamos que solo los grandes cuestionamientos morales, las tremendas disyuntivas existenciales, incluso en juicio crítico, son herramientas del pensamiento que aplican en momentos muy específicos, sin darnos cuenta que en realidad forman parte de nuestro carácter, que se conoce en la vida cotidiana - de forma individual o en grupo, en situación "normales" o bajo circunstancias extraordinarias, porque finalmente siempre somos el mismo sujeto; es por esto que afirmo que la ética requiere de una dimensión psicológica, un conocimiento de sí mismo y un conocimiento de que nuestra naturaleza como seres humanos es muy parecida - todos tenemos nuestro lado luminoso y obscuro.
Aprender a pensar antes de reaccionar ha sido - desde tiempos muy remotos - algo que consideramos los humanos que nos distingue de otros seres vivos y nos permite la vida en sociedad. Sin embargo, la espectacularidad de las redes sociales, de las tecnologías que nos llevan a ser tanto productores como consumidores de contenidos, de alguna forma potencian esa capacidad tan humana de reaccionar antes de hacer una pausa y preguntar si lo que juzgo en verdad corresponde a los hechos de los que soy testigo.
Yo uso las redes - como muchos otros - para dejar mensajes que me permiten remontar bloqueos; mis amigos reaccionan y a veces armamos conversaciones, otras simplemente se agradecen sus respuestas, porque finalmente lo que uno busca es ser escuchado por alguien más que su conciencia. De la misma manera, uno escribe diarios, habla por teléfono, deja mensajes... incluso pinta, hace ejercicio o se dedica a la carpintería... para romper bloqueos, dejar el estado de entropía y permitir que entre aire y nuevas ideas.  Y si bien es cierto que todo lo que uno pone aquí deja huella, también es cierto que hay mucho que se interpreta sin un contexto... y llega hasta donde llega... el punto en que una persona es efectivamente impactada por una interpretación: ya sea que se le retire la visa, le armen una investigación en el trabajo, lo consideren persona "non grata", etc.
Somos demasiado humanos, demasiado reactivos y esto deberíamos aprenderlo desde el principio... de hecho, una de las tareas más trascendentes de la educación es - y debe seguir siendo - enseñar a pensar de manera crítica, no solo ante problemas del tamaño de un iceberg, sino ante la vida cotidiana.
Kant diría que el juicio crítico pasa por aprender a pensar por uno mismo (de tal manera que la norma de tu voluntad sea congruente con una Ley Moral Universal asumida libremente), pensar en el lugar de cada otro (porque cada persona es un fin en sí misma y no debe ser utilizada como un medio) y pensar siempre de acuerdo con uno mismo (como si uno fuese quien establece lo que es justo para todo el mundo).
La suma de conocimiento de la realidad y la imaginación que se necesita para encontrar los reguladores morales que le permiten a uno actuar con autonomía moral, es una posibilidad para cualquier persona "moralmente educada" diría Adela Cortina... y lo que yo digo (y tal vez don Manuelito Kant diría) es que particularmente en el internet el pensamiento crítico es una competencia de la que no podemos desprendernos, ni  cuando comunicamos o c
uando reaccionamos ante memes, declaraciones y algunas otras linduras que uno pone en el feis para desatorarse o compartir un sentimiento, una página, un hallazgo con sus amigos.