domingo, 29 de noviembre de 2015

Historias y vida

Contar historias... es parte de lo que nos hace lo que somos.
Al cierre del semestre, un par de trabajos me llamaron la atención, relacionados precisamente con la capacidad de contar historias a través de la producción audiovisual, con alta tecnología.
La esencia es la misma... de la época en que los principios morales y la noción del mundo se contaba a través de los relatos que pasaban de una generación a otra, hasta el tiempo presente, en donde - a pesar de la tecnología que nos convierte a todos en productores de historias... solo unos pocos se capacitan en el arte de entregar un relato completo, capaz de tocar el corazón y la conciencia.
Desde hace algunos meses me tomo tiempo el domingo para ver una serie "Call de midwife" - o "Llamen a la partera"... producida por la BBC.
Las historias giran alrededor de un grupo de religiosas y jóvenes, quienes se dedican a atender a las futuras madres en el área del West-End en Londres de la posguerra. En realidad, este es el pretexto para mostrar la dimensión humana de quienes viven la experiencia de convertirse en padres y aquéllo que los acompaña: miedo, prejuicios, preguntas sobre la trascendencia de los seres humanos... la enfermedad, la muerte y también la vida y las posibilidades, creo que por eso me gusta, y también porque las protagonistas somos las mujeres de toda condición y perspectiva de vida.
Me han recordado que Dios no está en los hechos dolorosos que enfrentamos día con día, sino en las respuestas que construimos con el sentido de humanidad que proyectamos, y la búsqueda de respuestas ante lo que uno considera las dificultades de la vida, es precisamente lo que debería ocuparnos, y lo que nos convierte en lo que somos.
Por otra parte, hoy me tropecé con la película "The Theory of Everything", que no pude ver en el cine, porque no salgo mucho a ver películas por mi cuenta... lo que tomo son dos cosas... de física no entiendo mucho, y menos sobre abstracciones como la "Breve Historia del Tiempo" de Stephen Hawking, me gustó la visión humana de quien lo acompañó durante muchos años... y es verdad, convivir con una persona con discapacidad es agotador, limitante, cuestionante... a veces quisieras entrar en él o en ella, y arreglar las cosas desde dentro... sin embargo la realidad es así, limitante, cuestionante, a veces al grado del desamparo... y sin embargo, se busca la manera de responder, porque es la única respuesta... responder a la circunstancia desde la convicción que el presente se puede modificar para un mejor futuro... todo para que - al paso del tiempo - pueda uno mirar el presente y comentar desde el corazón... "Mira lo que hemos hecho".


sábado, 21 de noviembre de 2015

Demasiado humanos

No hay ser humano perfecto, en ningún sentido.
Todos tenemos nuestros pequeños y grandes defectos, algunos "prietitos" en el arroz que le hacen sombra a la blancura inmaculada de nuestras causas; y el problema no está necesariamente en uno mismo, sino en los otros, quienes posiblemente impulsados por una idea absoluta de la verdad se dedican a buscar acuciosamente ya no los "prietitos" sino los grises en las vidas ajenas.
Hay historiadores, por ejemplo, quienes se dedican a especular si Shakespeare en realidad escribió lo que escribió o fue alguien más... hay otros que exhiben los "trapitos sucios" de Martin Luther King, o los pecados de Gandhi, por no decir quienes hablaron mal de Nelson Mandela, porque al inicio de su liderazgo combatía en forma violenta la política del Apartheid; y ahora el turno es de Anna Frak.
Esta insana costumbre no solo se da a nivel mediático, existe una costumbre - demasiado humana pienso - de denostar al vecino... es decir, si la persona obtiene alguna notoriedad, entonces no hay que hacer tanta alharaca o tomarlo como modelo, porque finalmente alguien se encargará de ventilar algún secreto que le haga perder credibilidad, que lo muestre "no tan perfecto"... sin embargo, es precisamente el reconocimiento y la lucha contra los demonios internos, o la aceptación de aquéllos pasos (o aquéllas patadas) que hemos dado en el sentido incorrecto en la vida lo que las hace valiosas.
Ninguna historia de héroes nos los pinta perfectos, porque el heroísmo se da en el compromiso y en la lucha que va desde dentro hacia fuera, en el enfoque, y en aquéllo que nos hace empatizar con la narrativa de la lucha y el logro.
Demasiado humanos para ser perfectos, pero demasiado inteligentes para pensar que debemos quedarnos en la autoindulgencia... entre otras cosas, la ética tiene que ver con el hecho de asumir quien es uno y el esfuerzo constante y consciente por cultivar lo que mejor que cada uno tiene... que solo puede valorarse en el espejo de los demás.

Rembrand Van Rijn, Mujer joven en la ventana, 1645

miércoles, 18 de noviembre de 2015

La vida en equilibrio



Los primeros 15 segundos de este trailer me invitaron a ver la película... con un resplandor culposo como madre: con una formación profesional en educación, siempre supe que me sería muy difícil encontrar una escuela que me gustara para mis hijos. Siendo honesta, con mi hija no he tenido problemas como los tuve en su momento con mi hijo, y es que he aprendido que ninguna oferta educativa es suficientemente buena si no toma en consideración la relación entre profesor y alumno, y esto es lo más difícil de encontrar en una escuela "regular".
"Altamente competitivos", "capaces", "manejo de tecnologías y segundo (tercer, cuarto, quinto) idiomas", "valores"... en muchos momentos son cuadrados donde esperan que encaje un círculo, un rombo, un triángulo... cualquier figura... y en el proceso de convertirse en "cuadrados" se deforma el resultado... altamente competitivos, pero incapaces de respetarse entre ellos mismos... segundos o terceros idiomas, pero no conocen su lengua materna ni pueden expresar ideas de manera clara y congruente... memorizan las tablas de multiplicar, pero no entienden las matemáticas... y aprenden moralina, no la capacidad de juzgarse a sí mismos...
... por eso, para variar, el argumento del Principito no es para niños, es para que los adultos no nos olvidemos que una vez fuimos niños, y que de esta manera tengamos la capacidad de empatizar, alentar... y desarrollar la capacidad de hacerse cargo de sí mismos...
Tengo que confesar que con "El Principito" en mi conciencia, tal vez no soy la madre perfecta, pero no me he dejado atrás a la niña que sigue viviendo en mí.

martes, 17 de noviembre de 2015

¿Y si...?

Y si por un momento hacemos el ejercicio de olvidar que nos odiamos,
dejamos a un lado la cuenta de agravios que tenemos pendientes,
nos olvidamos de quien tiene más, tiene menos, hizo o dejó de hacer,
llegó, abandonó, omitió, mintió.
Y si por un momento nos atrevemos a mirarnos a los ojos durante un minuto,
y nos vemos como somos realmente,
reconocemos que tenemos la misma vulnerabilidad,
los mismos motivos para alegrarnos,
o para estar tristes,
los mismos miedos, la misma incertidumbre,
descubrimos que hemos mirado desde la misma playa la misma puesta de sol,
que recorrimos los mismos caminos,
o caminos muy semejantes,
que tenemos el mismo sol, la misma luna,
y quizá, por estos misterios de la materia, posiblemente bebimos de la misma agua.
Si llegamos a reconocer que finalmente somos protagonistas en la misma historia...

Y si después de ese minuto de mirarnos y reconocernos,
fuésemos capaces de articular las palabras correctas,
y escuchar desde el fondo del corazón...
tal vez, solo tal vez,
encontraríamos ese punto de convergencia, de partida, desde el que podamos continuar en armonía...


Cadáver III y IV, Javier Marín.

lunes, 16 de noviembre de 2015

Entre esos tipos y yo...

Soy producto de una generación que tuvo parte de su formación política entre noticias de golpes de estado, dictaduras y dicta-blandas y harta mojigatería; aunque también tuve a mi alcance revoluciones, Teología de la Liberación y el empuje de los que sobrevivieron el 68, y ante tales circunstancias uno aprende fundamentos de Ciencias Políticas entre el Excélsior que compraba religiosamente mi abuelo y las canciones de un heterogéneo grupo de canta-autores exiliados, censurados, o incluso desaparecidos - cuyo mayor pecado fue exponer y dejar plasmadas sus ideas apelando a la memoria e inteligencia musicales de las audiencias.
Hoy me encuentro como espectadora ante un partido donde los únicos que perdemos somos los espectadores. Por eso, en días como hoy, cuando escucho de nuevo la noticia que esperé no volver a escuchar una vez que aparentemente se puso fin al conflicto anterior, se regresa a mi memoria esta canción... porque,así como lo dice, las partes en conflicto "no conocen ni a su madre cuando pierden el control, ni recuerdan que en el mundo hay niños, nos niegan a todos el pan y la sal"... efectivamente, entre esos tipos y yo, como lo dice Serrat, si hay algo personal.


domingo, 15 de noviembre de 2015

Mañana de domingo

Mi hijo sabía que  no me iba a negar, cualquier pretexto que me saque de mi rancho y me devuelva al centro de la Ciudad de México es bueno, no importa que se trate de acompañarlo a hacer la tarea y que haya sido en pleno "Buen fin" el chiste fue regresar a los domingos en los que mi abuelo nos llevaba a desayunar al Centro y a caminar, caminar, caminar mostrándonos los rincones en los que pasó gran parte de su vida, hasta que se llevó a su familia a vivir en aquélla colonia, tan cerca del centro de Coyoacán... lugares en donde el simple hecho de pasearme por allí me regresan por momentos a tener cero preocupaciones, cero problemas... disfrutar simplemente del paseo y maravillarme de la terquedad chilanga, que insiste en tomar las calles a pesar de que la Ciudad privilegia la circulación de automóviles.
Pero los domingos son de los peatones, de los maratonistas de "Star Wars", de los automovilistas que vamos al centro y tenemos que dar más y más vueltas para encontrar un modo de acceder a calles que están completamente tomadas por patinadores, ciclistas y corredores.
Hay que maravillarse cómo la gente se reapropia del espacio, y al parecer lo hace con cierto orden ... esto me hace sentir muy bien y me llena de entusiasmo ... tanto que mi acompañante ya sabe a lo que se atiene... caminar, caminar, caminar, escuchar, entrar a una que otra exposición, seguir caminando hasta que lo que no buscábamos nos encuentre, nos sorprenda, como - por ejemplo - la exposición en el Palacio de Iturbide, de Javier Marín, que convierte al barro y la cerámica en algo que toca el corazón... o la constatación de que Don Chava Flores tenía razón... y que un hormiguero en efecto "no tiene tanto animal"... ni tal diversidad de sujetos de la misma especie... o que la Catrina sigue allí con la certeza de que será la única con quien llegaremos a la cita puntualmente y cuando nos toque...
 
 


sábado, 14 de noviembre de 2015

De nuevo, en un nuevo espacio

Facebook puede servir para muchas cosas, pero cuando se trata de sumergirse, o de plantar los pies en la tierra o de echar a volar con la imaginación... a veces se necesita un espacio un poco más difícil de acceder- pienso- a menos que uno tenga una columna en algún diario de circulación nacional.
Como yo no he sido lo suficientemente disciplinada, ni siquiera estudié comunicación, pues a pesar de que considerarlo una aspiración - como muchas otras en la vida - se ha quedado solo en eso.
Por esto, una de las grandes virtudes de estos espacios virtuales es que uno puede dedicarse a compartir lo que sabe, le gusta o le inquieta en algún espacio, y aspirar a tener unos cuantos lectores... más allá del "feis", que siempre resulta un poco limitado.
Otra ventaja es darse cuenta que en la medida en que uno se va consolidando en esta vida tiende a repetirse... y tener una lista de temas en los que incide una y otra vez, tenerlos registrados y verlos escritos lo llevan a una a considerar que tiene que refrescarse, modificar ideas... o abordar los problemas de antes de una manera diferente.
Es por ello que estamos de estreno con otro espacio, porque nunca averigüe si al anterior le podía cambiar el nombre y se fue quedando allí, perdido en la red.
Gracias por la lectura, seguiremos intentando compartir ideas.