miércoles, 22 de junio de 2016

El muro

En San Cristóbal, el edificio que se utilizaba como palacio municipal se supone que se convertirá en el Museo de la Ciudad, un poco al estilo del de Tuxtla Gutiérrez... que por cierto es uno de los tres únicos edificios con registro del INAH en la ciudad, ya que fueron arrasados por la "modernización" de la ciudad capital.
Bueno, regreso a mi punto.
No entiendo muy bien el motivo por el cual la intervención al edificio implica rodearlo de una especie de muro con tablones de madera... pintados de blanco... hace algunas semanas, llegando a recorrer el centro de la ciudad las tablas del muro que protegen la fachada ostentaban la leyenda "este es mi espacio"... a la semana siguiente, una tímida leyenda (tímida porque las letras eran delgadas) declaraba solidaridad con los acontecimientos de Jalapa y Orlando, acompañado de otra nada tímida respuesta denostando a la comunidad LGBTTTI.
Sin embargo, hoy miércoles, el muro - como muchos otros muros - está repleto de eso a lo que el hombrecillo en la presidencia califica de "mal humor" social... y delante de ello... una escena que - para variar - casi me pone a llorar, pero que estoy segura que a mi amiga Genoveva, a mi amigo Omar Cerrillo, y quizá a algunos otros firmes creyentes (aunque sea de clóset) de que otro mundo es posible, nos hubiera sumado y movilizado...
,,. delante del muro, ahora lleno de fotos, consignas, propuestas, soluciones... un grupo de personas de "a pie"... ningún con pinta de intelectual, ni de trasplantado en la ciudad, o de burguesito pasando por hippie (me estoy describiendo en cualquiera de las tres categorías) estaba arengando a los demás... había un grupo de ciudadanos discutiendo sobre el momento en que vivimos... exponiendo sus puntos de vista, escuchando, deliberando y concluyendo...
... formando su propia opinión...
... y hay quien dice que los muros dividen... ahí les dejo una foto que demuestra lo contrario...

Espacio público, SCLC 22 de junio de 2016

domingo, 19 de junio de 2016

Llorar, como la Magdalena

Así dice mi mamá, así decían las monjas... lo que por mucho tiempo me hizo "click" era saber porqué la Magdalena - María de Magdala - lloraba...
... en las narrativas de los Evangelios, hay encuentros de Jesús con varias mujeres, alguna de ellas llamada María: su madre, la hermana de Lázaro, y también se le identifica con la mujer "pública" o "pecadora" que en el evangelio de la semana pasada - no fui a misa, escuché desde fuera el evangelio - llegó a ungir los pies a Jesús, lavándolos con su llanto y utilizando su cabello para secarlos.
(Uno que iba a saber qué era lo público y pecaminoso de la mujer, porque así no debería ser una buena niña que estudiaba en colegio de monjas, lo que siempre me llamó la atención de esa lectura era precisamente que la mujer tuviera suficiente cabello para utilizarlo en una ceremonia que viéndola de otra perspectiva tiene unos matices de erotismo que harán que las autoridades eclesiásticas me saquen la tarjeta roja solo por el hecho de imaginármelo).
Bueno, concluyo que esa es la Magdalena a la que se refieren cuando se habla de romper en llanto inconsolable por algo que a los demás no les es tan concreto... yo tengo el don de las lágrimas (Ángeles Mastretta dixit)... y vaya que me es difícil controlarlas cuando me emociono... el hecho es que en tres semanas - la cuarta por iniciar - que llevo por estos lugares, entrar en la Catedral de San Cristóbal me hace romper en llanto... sin alguna razón aparente...
Tal vez solo entro y se me suba la impotencia y la indignación,
o entro y me conmuevo hasta la médula recordando que desde aquí se grita a los sordos y se invita a ver a los ciegos, a movilizarse a los tullidos... todos ellos de corazón, no de físico, para responder de alguna manera...
Hoy entré a la mitad de la misa... la que conduce el obispo,si bien no alcancé a escuchar el sermón,
solo ver una catedral llena de personas de todas edades, de todas condiciones sociales, de todos orígenes fue una poderosa experiencia... constatar que la ceremonia incluye - como Samuel Ruiz incluía - mujeres, diáconos indígenas, niños, ancianos... te dice que el espacio para todos está aquí, que este es el lugar para buscar la justicia...
... y volví a llorar como suelo llorar cuando algo me toca el alma... sin ningún recato, lloré cuando escuché la poderosa voz del organista llenando el templo, cuando terminó la ceremonia y personas de toda edad y condición se acercaron a saludar al obispo... lloré cuando me acerqué a la parte trasera del altar y observé a la mujer acariciando la losa sin datos, sin nombre, a la que solo una fotografía y una breve semblanza le informa a uno que es el lugar donde Samuel Ruíz se quedó...
Uno llora así porque lo que es sagrado conmueve... porque llorar sirve para limpiar el alma...
Y todavía no sé que vine a buscar por estos lugares... hasta ahora me mueve lo que me voy encontrando... una convergencia entre el pasado y el presente.

Viajeros, todos...



viernes, 10 de junio de 2016

De vocación textil

Mi Tata fue un gran coleccionista de cosas extrañas, fotógrafo de los antes (con cuarto de revelado y otras lindezas), lector, andariego y amante de la buena comida mexicana... y de otras linduras, porque tomaba tequila y mezcal cuando no estaban de moda (también tomaba cognac, fumaba puros y jugaba dominó, en mi memoria es a lo que el dominó huele... a puro y a cognac).
Esto me heredó el gusto por las artesanías, particularmente por la cerámica y los trapos - es decir - por los textiles... y aquí, en Chiapas, mis amistades de antes y de ahora no me van a desmentir... si hay algo que me chifla en serio son los trapos, su manufactura, sus brocados y bordados y las diferentes formas en que se convierten en objetos de uso cotidiano, o en propuestas estéticas y representaciones semióticas cuyo valor está muy por encima del precio... he ocupado las tardes, al cierre de la jornada de trabajo - e incluso como parte de esta, porque los alumnos están trabajando con una organización de tejedoras, tejedores y bordadoras, en pasármela como niña encerrada en una dulcería tratando de decidir en qué se va a gastar los $10.00 que trae en la bolsa... ¡que cosa tan difícil!
En mi primera etapa en Chiapas aprendí que las regiones de los Altos se diferencían por lo que producen, particularmente por la artesanía - la cerámica y los textiles. Santa Lucía (patrona de las costureras, tejedoras y bordadoras) tiene su barrio en San Cristóbal, y si mal no recuerdo, está presente en muchas de las iglesias locales que se distinguen por el trabajo artesanal mayoritariamente de las mujeres: bordar y tejer en telar de cintura es trabajo de mujeres, junto con el preparar el nixtamal, echar tortilla, criar a los hijos y demás tareas... no más de una hora diaria para crear obras de arte que en este espacio se regatean, se abaratan y se confunden con trabajos industrializados provenientes de otros estados y de Guatemala... finalmente, al mercado que no conoce le da lo mismo... por eso también uno encuentra tiendas de ropa de la India en cada cuadra, puede comprar rebozos de $45.00  si le agarra el frío o dejarse sorprender en tiendas que ofrecen textiles a precios cotizados en euros, pero que no representarán ganancias para quienes los elaboraron.
Podría pasarme un mes aquí (ah, perdón, me lo estoy pasando) tratando de aprender sobre el valor de algunos productos, porque muchos requieren dos cosas: una visión estética y otra visión ética... ya después podríamos hablar de cuánto pueden representar en realidad.
Yo todavía tengo una colección de pecheras bordadas (es lo que queda de mis blusas de hace quince años) que aguardan un buen proyecto para reciclarlas... tengo idea, pero soy muy experimentadora, poco disciplinada (hago las cosas al aventón, pues) y si bien sueño con una colcha muy particular, todavía no me hago del tiempo y el espacio para hacerlo... quizá debiera tener la paciencia de esas mujeres, que solo le dedican una hora diaria a su trabajo en el telar para gestar maravillas desde sus manos.


lunes, 6 de junio de 2016

San Cristóbal en modo doméstico

En otras palabras, San Cristóbal desde la perspectiva de una como ama de casa improvisada.
A pesar de que uno decide no refundirse en un hotel, optando por rentar una vivienda amueblada, la vida tiene sus "asegunes" cuando se trata de acomodarse y desempeñar diversas funciones en un espacio ajeno, aunque sospecho que las rentas en espacios con inquilinos como una servidora, abona siempre a favor de la casa (la verdad, por el tiempo y el espacio, es más económico rentar que pagar hospedaje).
Vivo en un espacio que puedo considerar idóneo... lo suficientemente grande para entrar, lo suficientemente pequeño para limpiar de manera rápida... y con espacio al aire libre. Ventajas de quedarse en la parte de afuera de la ciudad.
Sin embargo, equipar una casa equipada tiene sus detalles... hacer el súper y comprar cosas que uno no se imagina que necesita cuando se muda a un espacio con "todo"... por ejemplo, unas tijeras, los complementos para el baño (cada uno tiene sus manías al respecto), los trapos, los limpiadores, un cuchillo que corte como se debe o uno de esos primitivos aparatos como son los exprimidores de jugo manuales y de plástico ... uno reinicia en momentos insospechados... y en recomenzar llevo como $2,000 en puras minucias de supermercado que seguramente y en su mayoría se quedarán en el domicilio que habito... a menos que la vida me de para otra experiencia de rentar casa amueblada "con todo" y a corto plazo (por ejemplo, ahora vente un mes a Tequisquiapan, por ejemplo).
Lo bueno es que la casa si está equipada con chimenea - aunque en esta época del año no es tan indispensable.
En el caso de la lavada de la ropa, en una ciudad donde uno encuentra hay lavanderías cada tres cuadras, puede una peregrinar para descubrir que ninguna de éstas es como aquéllas que acostumbraban en mi pueblo (Satelucmex), donde uno puede poner la ropa en la lavadora, pasarla a la secadora (con doble turno, las secadoras de lavandería nunca secan a la primera ronda), llevar su detergente, etc. en otras palabras donde uno puede lavar respondiendo a sus muy peculiares manías.
Las lavanderías locales dan servicio completo, o no lo dan, en otras palabras hay que dejarles la ropa y recogerla al día siguiente, lo que lleva a otra decisión... ¿cuál dejo en la lavandería y cuál lavo a mano (conforme a mis manías, se entiende)?...es volver a otros tiempos, y en mi caso son muy, muy remotos.
(Una vez que uno descubre electrodomésticos como la lavadora, la secadora, el refrigerador, el horno eléctrico, el micro, la licuadora y el procesador de alimentos... se pregunta cómo se podría administrar la casa antes de semejantes maravillas... perdón, pero ya descubrí que puedo pasármela sin internet, pero no sin lavadora.)
Hablando del internet, este lugar es territorio "Telcel" región 0.05... la conectividad es fatal hasta donde dicen que hay conectividad... en mi casa, el internet lo apañaron los vecinos (estoy en una privada donde la dueña construye cabañas y las renta) y no hay modo de le toque red a la casa; en el centro donde imparto la clase, todos beben de una misma fuente, lo que hace que Aulas IV en el Campus Estado de México parezca un paraíso de conectividad... motivo por el cual pienso que terminaré por hacerme clienta de un changarro donde haya internet gratis, aunque tenga que echarme un día sí y otro también un chocolate bastante decente, en calidad y precio (no he visto Starbucks y espero que no llegue, la variedad local - chiapaneca, mexicana o internacional, es muuuuuy bueeeeena, buenísima, pregúntenle a mi tarjeta).
También tengo que mencionar, en este modo doméstico, a mi secadora de pelo, ayer descubrí que tiene usos no imaginados en otras latitudes, por ejemplo, para secar la ropa después de tres días de lluvia, suficiente lluvia para que todos los zapatos estén mojados y la ropa lleve dos días tratando de secarse (esa que no llevé a la lavandería, la otra la recojo al rato).
En cuanto a los medios de comunicación, yo que soy radioescucha aficionada, la estoy padeciendo entre el noticiario matutino - tan al modo local que si no informa que el PRI-PVEM van ganando las elecciones de ayer, mejor no dicen nada - y las charlas cristianas de las tardes: cuatro o cinco estaciones de FM en donde la música son puros cantos de alabanza y las charlas - ya quisiera Martha Debayle - son profundamente evangélicas, en español, en tzotzil o en ambas lenguas; solo me salva en cuando a la escucha el i-pod, aunque sospecho que tendré que aumentar la variedad de música.
Como no tengo internet, no hay cable, la televisión de esa casa está de adorno y tampoco hay modo de acercarme a Netflix ... llevo una semana sin ver televisión, descubriendo que puedo vivir sin esto pero no sin mis libros (gracias Genoveva Flores por ese encantador "Adiós a los padres") ni mi secadora de pelo, que no me ha servido mucho para el peinado en estos días en donde "llueve y me mojo, como los demás", pero sí ha sido útil para bajar el nivel de humedad de los calcetines.

jueves, 2 de junio de 2016

Chiapas

El domingo pasado, llegando a Tuxtla Gutiérrez, consideré con mi hijo que lo mejor - después de 12 horas de carretera el sábado - sería caminar...
... y el mejor lugar para caminar y oler la selva, se llama Zoomat - Zoológico Miguel Álvarez del Toro.
Miguel Álvarez del Toro, nació en Colima, pero trabajó, investigó, escribió y fundó una obra trascendente en Chiapas... no solo hizo esto... antes de su muerte, dispuso que sus cenizas fuesen dispersadas en el lugar en el que fundó el Zoológico que hoy lleva su nombre, en la reserva del Zapotal, entre la colección de fauna y algo de flora que reunió para mostrar a quien quiera verlo que los seres humanos tenemos una ineludible responsabilidad en el cuidado del hábitat que es de todos... el gesto de pedir que sus cenizas queden entre su obra, para quienes creemos que la vida no es solo la manifestación física sino la espiritual, guarda el profundo significado de convertirse en el guardián permanente de su tarea educativa.
De Tuxtla, y sus diferentes tipos de calor - gran descubrimiento personal después de años de vivir allí... hay diferentes tipos de calor durante el día (la temperatura puede no variar, la sensación si se transforma)... paso a San Cristóbal de las Casas... que significa otra cosa después de leer la obra de Gustavo Gutiérrez sobre Bartolomé de las Casas... cierto, esta ciudad, esta región puede transformarte cuando aprendes a valorar lo que significa indignarse por tanto con lo que uno se va tropezando... aquí uno no viene a redimir a los otros, viene a redimirse a sí mismo... a partir de hacerse consciente de lo que nos falta humanizarnos como humanidad.
Comparto tiempo, espacio, esfuerzo con un grupo de jóvenes que en su mayoría no han estado cerca de carencias, que han pagado por sus aventuras, que pueden convenir en rentar un par de avionetas para "ir a dar una vuelta" a la zona de los Lagos de Montebello, de Bonampak y Yaxchilán... acostumbrados a que nadie ponga objeciones a lo que es su voluntad y que dicen que llegaron aquí por 200 hrs. de servicio social y salir "de su zona de confort"... 
Yo no sé que pase con ellos en estos días... por lo pronto dos de ellos ya saben lo que es empujar un triciclo cargado con 10 garrafones de 20 litros de agua por una calle no pavimentada... no más de 100 metros... solo para darse cuenta que esto está cañón...
... yo no he tenido tiempo para acabar de componer el cuadro de indignación personal que incluye desde la vejación pública a dos profesoras, las escuelas vacías, los caminos cerrados, la cerrazón de la persona que ocupa un escritorio y que no se mueve de allí en la Ciudad de México, la idiotez (idiota, el que no participa en los asuntos de la polis, el ausente de lo público, diría Aristóteles... idiota moral, lo llama Norbert Bilbeny a quien asume dicha actitud) de un "alguien" que no interviene, no dice, no hace... pero cobra de gobernador... que no interviene, no defiende... un lugar en donde uno no necesita acabar de indignarse para comenzar a elevar la voz y decir la verdad ... 
Esta ciudad vive al resguardo de Bartolomé de las Casas... y de Samuel Ruiz, ante quien Francisco convocó de nuevo al Padre, en la oración que compartimos quienes todavía pensamos que hay que acudir al espíritu para fortalecer la congruencia y el respeto a la dignidad... algo de eso se me pegará, y entonces tal vez me de cuenta de porqué acepté venir a trabajar aquí.