sábado, 31 de diciembre de 2016

¡Camínale!

Por alguna extraña razón - o producto de miles de años de evolución - a los seres humanos nos gusta medir, para centrarnos en un punto determinado... del mundo, del universo, de la vida.
Medimos el tiempo, la distancia... y así intentamos ubicar el punto exacto en el que nos encontramos en un momento dado; decimos "aquí y ahora" para establecer que venimos de algún punto y - posiblemente - vamos hacia otro.
Otros seres vivos siguen el ciclo que les marca el orden del universo... nosotros nos resistimos a ello, lo aprendemos desde la más temprana edad, y esto - dirían los budistas - es el origen del sufrimiento, porque siempre anhelamos algo que ya no tenemos.
Pero la realidad es que no llegaríamos a ser lo que somos, si no tuviésemos la facultad de mirar hacia algo que deseamos; aunque este deseo no siempre lo veamos realizado tal como lo imaginamos... a veces se cumple incluso sin que nos demos cuenta.
Hoy recordé una lección de vida, que siempre- en el mismo lugar y la misma circunstancia - me repito... y tengo muy presente a quien me la impartió... porque tiene que ver con las prisas de uno y la naturaleza de las cosas: la segunda vez que subí a la Malinche - 20 años o más de distancia con la primera - me encontraba en condiciones muy semejantes, me explico - escasa condición física (aunque no tan mala dado que llegué), más arrastrada por el grupo (¿y cómo yo no?) y la curiosidad que por una auténtica convicción de trepar el cerro... y eso sin contar el ego ("yo lo hice")... en realidad el montañismo es una de esas extrañas cosas que le ocurren a uno en donde el debate es ¿me lo pierdo o lo vivo?... 
Pues así, estaba yo... el ascenso era en grupo y algo de lo que no me percaté es de la maravillosa responsabilidad de los guías, porque ellos tienen que asumir el paso del grupo, apoyar a los rezagados, respetar al que quiere decir "hasta aquí llego" y persuadir a los necios (dado el caso) para que respeten la montaña... pues no se trata de vencerla - es imposible - sino de aprender a comulgar con ella.
Parece fácil - en distancia se puede decir que es mínimo - pero cuesta arriba, 50 metros no es lo mismo que en terreno plano... y me fui retrasando ... allí estaba, con la prisa del grupo y en el más absoluto desgaste tratando de subir... cuando Luis Miguel Román - que de alguna forma iba como guía - redujo el paso y hasta que llegué junto a él...
"Mira" - me dijo - "cuando yo siento que se me hace difícil la subida me voy marcando metas pequeñas... voy a llegar hasta ese árbol, cuando llego pienso, ahora hasta ese otro... y así sucesivamente"... en esa segunda ocasión, mucho mejor que la primera vez que subí, o que subí al Nevado de Toluca (no tengo más altas montañas en mi historial, hasta el momento)...de pronto llegué hasta el espinazo ese que lleva a la cumbre (que es un sendero plano, el el borde de la montaña)... nunca se me ha olvidado... y me acuerdo de esto los días en que tengo que subir otras pendientes (físicas o mentales) y logro acallar a ese demonio que me susurra "no puedes", "pero ¿cómo todavía?", "¿Por qué los demás sí?"...
Uno tiene su propio ritmo, uno divide las etapas de su viaje de acuerdo a sus propias capacidades... lo que es un hecho, es que para tropezarse con las maravillas de la vida, para realizar sueños, para cerrar ciclos o plantearse nuevas metas... hay que caminarle...
¡Que tengas un gran 2017!


sábado, 10 de septiembre de 2016

Familias

Mis abuelas me enseñaron a no discriminar a los demás por su estilo de vida, en lo tocante a cuestiones que tienen que ver con la idea - cualesquiera que sea esa idea - de la "familia modelo"... con ellas aprendí que existen muchos modelos de familia, y esto se me convirtió en convicción con el paso del tiempo.
¿Qué es una familia? yo creo que es un grupo de personas que están unidas por alguna razón y que se encargan de procurarse las unas a las otras. En la familia la diferencia cuenta, es decir, la familia está integrada por alguien de más edad, o con más recursos, que se encarga de cuidar de alguien que en comparación presenta cierta vulnerabilidad: le acoge, lo nutre, a veces hay roces y reconciliaciones, y así se va la vida, hasta que una de las partes puede emprender el vuelo, o la relación cambia - en cuestión de la vulnerabilidad, o se suman otros integrantes... 
En la vida de mis abuelas, siempre hubo un momento - o tal vez varios - que la aura de protección que brinda una familia se extendió hacia pequeños (ahora ya no lo son tanto) quienes en otro entorno - en el de las "familias modelo" o en el "sentir popular" - estaban no solo en riesgo de exclusión, sino de auténtica destrucción por el rechazo social, por su origen, por su condición.
Eso no sucedió porque hubo alguien con la compasión, el respeto y el interés necesario para torcer el curso de las cosas, y abonar a un presente más luminoso.
Ni siquiera yo podría presumir que conseguí apegarme al modelo de familia, y puedo contar muchas historias que dicen que la vida que se integra alrededor de un núcleo no está exenta de tropiezos, fracasos, reconstrucciones ... por eso me darían risa los marchantes si no hubiera que tomarse en serio la intolerancia que expresan ... la estupidez de la intolerancia... porque ¿qué le puedes exigir al Estado en relación con la protección a la familia? ¿Que nos reduzca a todos a un modelo "estándar"?
¿Que obligue a que el núcleo "modelo" permanezca a pesar de la violencia intrafamiliar?
¿Que "reeduque" a una mujer que tiene un aborto espontáneo?
¿Que permita que se apedree a los adúlteros y a los homosexuales?
La sociedad decente hay que construirla desde la tolerancia y el respeto... el reconocimiento a las agrupaciones que formamos y que deriva en derechos y obligaciones, tiene que extenderse hacia las personas... independientemente de sus preferencias... y respetar proyectos de vida legítimos y dignificantes, sin considerar las diferencias.

He escuchado tantas estupideces en estos días... 

Desde mi punto de vista, lo exigible al Estado es el favorecer las condiciones para que el cuidado que brinda la familia a sus integrantes se realice de manera efectiva: menos sospechas ante las madres que trabajan y que piden flexibilidad en horario a sabiendas que una cumple con sus responsabilidades laborales pero no a expensas del cuidado hacia los hijos; más educación a los y las jóvenes sobre sí mismos, sobre sus decisiones, sobre el ejercicio responsable de la sexualidad; más apoyo para el cuidado de los ancianos y enfermos, de nuevo, sin la sospecha de que uno quiere evadirse del trabajo porque tiene al familiar enfermo; mejor educación para madurar como personas, aprender sobre la defensa de la dignidad y el respeto mutuos, aprender sobre el diálogo, la conciliación, la solidaridad... y apego a la República Laica.

Tampoco nos caería mal aprender sobre la compasión.

Diría Tolstoi que las familias felices no tienen historias que contar... yo diría que hay un engaño en esa afirmación... porque si todas las familias tienen historias - algunas de auténtico terror - entonces, no existen familias felices, el Estado no las fabricará, y todos tendríamos el reto de mirar hacia nuestra propia familia y ver cómo nos las vamos arreglando para aspirar a esa felicidad... mientras, seguiremos escribiendo historias.

miércoles, 31 de agosto de 2016

Tío "Voldemort"

Para Marco González

"Al tirano se le enfrenta", tronó Enrique Krauze en el recién estrenado noticiero de Loret de Mola (quien sin duda como comunicador titular de noticiero tiene mucha suerte, porque desde que arrancó el nuevo formato, no han parado de caerle noticias de interés público). 
Después de eso, apagué la televisión, porque me temí que Krauze hablaría en términos favorables de la "invitación" por parte de la presidencia de México al Sr. Trump; entonces me acordé de un chistesín de tiempos de Miguel de la Madrid, va:

Está el Sr. Presidente en el aeropuerto "Benito Juárez" esperando la llegada del Sr. Reagan, que viene de visita a México. Entonces, el Sr. Presidente - para matar el tiempo y hacer un poco de labor social - decide bolearse los zapatos.
Como parte del ritual, el encargado de tal actividad suele remangar la parte baja de los pantalones para no manchar con la grasa del calzado la prenda.
Entonces, le avisan al titular del Ejecutivo, que el avión está por aterrizar, que por favor se apresure a incorporase a la comitiva, esto impide que el bolero concluya su tarea.
Uno de los acompañantes, se da cuenta que el Sr.Presidente trae los pantalones remangados y se le acerca discretamente para murmurarle al oído... "Sr. Presidente, los pantalones"...
"Los pantalones ¿qué?" responde el preciso...
"Bájese los pantalones"
"Ah, ¿que ya desde ahorita"?

Cambie los nombres por los protagonistas de la nota del día de hoy... no sé de que van a hablar, pero la mitad de los especialistas opinan que no es momento ni lugar... lo que alcancé a escuchar de Krauze - como ejemplo histórico - fue la mención que hizo de aquélla visita del Primer Ministro de Inglaterra - Chamberlain, a Adolfo Hitler... guardadas las proporciones y la distancia.

Después, mi mente cochambrosa - y pensando que al actual Ejecutivo está probado que no se le ocurren muchas ideas propias - se puso a pensar de donde vendría tan "brillante" iniciativa:
¿Forma parte de la campaña esa de que lo "bueno no se dice"?
¿Se trata de un golpe de efecto mediático? ¿En qué sentido? ¿Abriendo un frente más?
¿Cree que así neutralizan al oponente? (¿desde cuando invitas a comer a tu depredador? pregunto)
¿Espera que en el trayecto de ida o vuelta al transporte le suceda algo?
¿El Sr. Trump expresó por iniciativa personal su deseo de sumarse al luto del pueblo mexicano por la irreparable pérdida de "El Divo de Juárez"?
Como dicen en un tweet ¿Viene a negociar para que Grupo Higa le construya el muro?

Mi mente cochambrosa brincó para otro lado y se acordó de la historia de Harry Potter.
Sucede que el oponente de Harry, Lord Voldemort, comienza su retorno desde un punto en el que está neutralizado, pero existe gran cantidad de mortífagos - partidarios - a su alrededor, que están dispuestos a favorecer su regreso y su control del mundo, entre ellos se encuentran dos personajes bastante parecidos a un par de elementos en el gabinete, uno de ellos es un torpe traidor que hace lo que le dicen que haga, quiere quedar bien con "el que no puede ser nombrado" y se convierte en su agente operador... Peter Pettigrew, quien en pocas palabras no tiene ninguna iniciativa propia, hace todo lo que le dicen.
Otra del equipo, Bellatrix Lestrange, es capaz de hacer cualquier cosa por el Sr. Obscuro.
A ver... ¿a quién le toca manejar la política internacional?
¿Cuál es su segundo apellido? ¿Quién es su tío?

Sobre Lord Voldemort, hay que acordarse que se convierte en una serpiente, con un veneno mortal, y que para ser destruído tienen que destruirse antes los "horrocruxes", porque de lo contrario sigue, segruirá vivo y con la posibilidad de regresar al poder...

Ya sabíamos que el innombrable está de regreso... ¿En dónde está la Orden del Fénix? ¿Quién es el Harry Potter que va a defendernos? (no, el rayito de Macuspana, no...)
A ver Sra. Rowling... le faltó programar esta parte de la realidad nacional.

viernes, 12 de agosto de 2016

El cuerpo como agenda

De pronto uno se mete al huracán de la vida, y puede considerarse afortunada si le da tiempo para leer por las noches... porque en otras actividades no es posible detenerse.
Casi dos meses sin escribir, porque no hubo un momento, y cuando pudo haberlo renuncié voluntariamente a entrar en la red, a veces es bueno desintoxicarse.
Y como sucede con los fenómenos del viento, la tierra y el agua, que cuando se dejan caer sobre los seres humanos sacan a flote aquéllo que está oculto, sea que lo califiquemos "bueno", "malo", "sorprendente" o "milagroso", uno no se libra de las secuelas.
Después de dos meses intensos, donde pasé del alejarme de lo cotidiano - útil siempre para ponerlo en perspectiva - tomé algunas decisiones que poco a poco voy llevando a cabo, decidí hacer cambios y ajustes... y me fui a un viaje que no puedo decir que haya sido descansado - sino todo lo contrario - el cuerpo decidió hablar conmigo... y de pronto me pasa la factura de un montón de detalles... primero la movilidad, después el dolor focalizado, finalmente el brote del pasado en la piel del presente (bonita forma de llamar a algo que - me temo - se llama "herpes zóster intercostal" (no soy doctor, pero ya lo conozco, y cualquiera que haya tenido varicela es altamente susceptible a que el día menos pensado le regrese)... pero no es la lata de algo que no tiene una cura, ni se quita... solo se controla (por cierto, leer de esto en Wikipedia deprime a cualquiera que se mueva alrededor del quinto piso).
Si combino el proceso del brote (que es alucinante, porque uno no sabe ni porqué le duele como le duele el asunto) con la sutileza de una mastografía (¿quién las inventó por Dios?) que hasta el lunes voy a revisar con mi médico... y todo el vapuleo de estas dos semanas... quizá lo más frustrante sea lo que ya veo venir, el resultado de la batería de análisis y otros detalles (se llama "papanicolau") de la consulta me terminará diciendo - me temo - algo como "ponte a hacer algo porque la buena noticia es que solo tienes sobrepeso"... (pero no hay que ser arrogante, uno tiene que ir con el especialista)... "Ah, y herpes zóster intercostal, pero ya se te está pasando"... "y lo de las articulaciones, pues tú sabes que con esos antecedentes"... "pero dado el caso, estás muy bien, solo tienes que bajar de peso" (y sacarme el "Melate", diría yo, con algo me debo consolar)...
Finalmente, ¿cuál es la conclusión ante todo el vapuleo?... pues que la vida sigue, los cambios requieren esfuerzo, pero lo más importante y aquéllo que debiéramos tener presente como parte de una educación que nos debería hacer dueño de nosotros mismos... el cuerpo es nuestra agenda, todo lo nuevo, todo lo gozoso y todos los pendientes nos pasan factura a través del cuerpo... hace unos meses me salí del entorno habitual para experimentar otro  - con condiciones distintas y circunstancias distintas - y allí pude poner en lista de revisión mis pendientes... ¿creía que tenerlos tanto tiempo acumulados no me pasaría factura? ... todo lo contrario, soltar es liberar, y si tienes todavía pendientes en la agenda, algo te los hará evidentes... el cuerpo es la agenda del alma... no podemos dejar que tanta acumulación de pendientes lleven a afectar de manera irremediable el frágil equilibrio que representa el cuerpo... ¿por qué no es un aprendizaje fundamental y parte de nuestra forma de vida?

miércoles, 22 de junio de 2016

El muro

En San Cristóbal, el edificio que se utilizaba como palacio municipal se supone que se convertirá en el Museo de la Ciudad, un poco al estilo del de Tuxtla Gutiérrez... que por cierto es uno de los tres únicos edificios con registro del INAH en la ciudad, ya que fueron arrasados por la "modernización" de la ciudad capital.
Bueno, regreso a mi punto.
No entiendo muy bien el motivo por el cual la intervención al edificio implica rodearlo de una especie de muro con tablones de madera... pintados de blanco... hace algunas semanas, llegando a recorrer el centro de la ciudad las tablas del muro que protegen la fachada ostentaban la leyenda "este es mi espacio"... a la semana siguiente, una tímida leyenda (tímida porque las letras eran delgadas) declaraba solidaridad con los acontecimientos de Jalapa y Orlando, acompañado de otra nada tímida respuesta denostando a la comunidad LGBTTTI.
Sin embargo, hoy miércoles, el muro - como muchos otros muros - está repleto de eso a lo que el hombrecillo en la presidencia califica de "mal humor" social... y delante de ello... una escena que - para variar - casi me pone a llorar, pero que estoy segura que a mi amiga Genoveva, a mi amigo Omar Cerrillo, y quizá a algunos otros firmes creyentes (aunque sea de clóset) de que otro mundo es posible, nos hubiera sumado y movilizado...
,,. delante del muro, ahora lleno de fotos, consignas, propuestas, soluciones... un grupo de personas de "a pie"... ningún con pinta de intelectual, ni de trasplantado en la ciudad, o de burguesito pasando por hippie (me estoy describiendo en cualquiera de las tres categorías) estaba arengando a los demás... había un grupo de ciudadanos discutiendo sobre el momento en que vivimos... exponiendo sus puntos de vista, escuchando, deliberando y concluyendo...
... formando su propia opinión...
... y hay quien dice que los muros dividen... ahí les dejo una foto que demuestra lo contrario...

Espacio público, SCLC 22 de junio de 2016

domingo, 19 de junio de 2016

Llorar, como la Magdalena

Así dice mi mamá, así decían las monjas... lo que por mucho tiempo me hizo "click" era saber porqué la Magdalena - María de Magdala - lloraba...
... en las narrativas de los Evangelios, hay encuentros de Jesús con varias mujeres, alguna de ellas llamada María: su madre, la hermana de Lázaro, y también se le identifica con la mujer "pública" o "pecadora" que en el evangelio de la semana pasada - no fui a misa, escuché desde fuera el evangelio - llegó a ungir los pies a Jesús, lavándolos con su llanto y utilizando su cabello para secarlos.
(Uno que iba a saber qué era lo público y pecaminoso de la mujer, porque así no debería ser una buena niña que estudiaba en colegio de monjas, lo que siempre me llamó la atención de esa lectura era precisamente que la mujer tuviera suficiente cabello para utilizarlo en una ceremonia que viéndola de otra perspectiva tiene unos matices de erotismo que harán que las autoridades eclesiásticas me saquen la tarjeta roja solo por el hecho de imaginármelo).
Bueno, concluyo que esa es la Magdalena a la que se refieren cuando se habla de romper en llanto inconsolable por algo que a los demás no les es tan concreto... yo tengo el don de las lágrimas (Ángeles Mastretta dixit)... y vaya que me es difícil controlarlas cuando me emociono... el hecho es que en tres semanas - la cuarta por iniciar - que llevo por estos lugares, entrar en la Catedral de San Cristóbal me hace romper en llanto... sin alguna razón aparente...
Tal vez solo entro y se me suba la impotencia y la indignación,
o entro y me conmuevo hasta la médula recordando que desde aquí se grita a los sordos y se invita a ver a los ciegos, a movilizarse a los tullidos... todos ellos de corazón, no de físico, para responder de alguna manera...
Hoy entré a la mitad de la misa... la que conduce el obispo,si bien no alcancé a escuchar el sermón,
solo ver una catedral llena de personas de todas edades, de todas condiciones sociales, de todos orígenes fue una poderosa experiencia... constatar que la ceremonia incluye - como Samuel Ruiz incluía - mujeres, diáconos indígenas, niños, ancianos... te dice que el espacio para todos está aquí, que este es el lugar para buscar la justicia...
... y volví a llorar como suelo llorar cuando algo me toca el alma... sin ningún recato, lloré cuando escuché la poderosa voz del organista llenando el templo, cuando terminó la ceremonia y personas de toda edad y condición se acercaron a saludar al obispo... lloré cuando me acerqué a la parte trasera del altar y observé a la mujer acariciando la losa sin datos, sin nombre, a la que solo una fotografía y una breve semblanza le informa a uno que es el lugar donde Samuel Ruíz se quedó...
Uno llora así porque lo que es sagrado conmueve... porque llorar sirve para limpiar el alma...
Y todavía no sé que vine a buscar por estos lugares... hasta ahora me mueve lo que me voy encontrando... una convergencia entre el pasado y el presente.

Viajeros, todos...



viernes, 10 de junio de 2016

De vocación textil

Mi Tata fue un gran coleccionista de cosas extrañas, fotógrafo de los antes (con cuarto de revelado y otras lindezas), lector, andariego y amante de la buena comida mexicana... y de otras linduras, porque tomaba tequila y mezcal cuando no estaban de moda (también tomaba cognac, fumaba puros y jugaba dominó, en mi memoria es a lo que el dominó huele... a puro y a cognac).
Esto me heredó el gusto por las artesanías, particularmente por la cerámica y los trapos - es decir - por los textiles... y aquí, en Chiapas, mis amistades de antes y de ahora no me van a desmentir... si hay algo que me chifla en serio son los trapos, su manufactura, sus brocados y bordados y las diferentes formas en que se convierten en objetos de uso cotidiano, o en propuestas estéticas y representaciones semióticas cuyo valor está muy por encima del precio... he ocupado las tardes, al cierre de la jornada de trabajo - e incluso como parte de esta, porque los alumnos están trabajando con una organización de tejedoras, tejedores y bordadoras, en pasármela como niña encerrada en una dulcería tratando de decidir en qué se va a gastar los $10.00 que trae en la bolsa... ¡que cosa tan difícil!
En mi primera etapa en Chiapas aprendí que las regiones de los Altos se diferencían por lo que producen, particularmente por la artesanía - la cerámica y los textiles. Santa Lucía (patrona de las costureras, tejedoras y bordadoras) tiene su barrio en San Cristóbal, y si mal no recuerdo, está presente en muchas de las iglesias locales que se distinguen por el trabajo artesanal mayoritariamente de las mujeres: bordar y tejer en telar de cintura es trabajo de mujeres, junto con el preparar el nixtamal, echar tortilla, criar a los hijos y demás tareas... no más de una hora diaria para crear obras de arte que en este espacio se regatean, se abaratan y se confunden con trabajos industrializados provenientes de otros estados y de Guatemala... finalmente, al mercado que no conoce le da lo mismo... por eso también uno encuentra tiendas de ropa de la India en cada cuadra, puede comprar rebozos de $45.00  si le agarra el frío o dejarse sorprender en tiendas que ofrecen textiles a precios cotizados en euros, pero que no representarán ganancias para quienes los elaboraron.
Podría pasarme un mes aquí (ah, perdón, me lo estoy pasando) tratando de aprender sobre el valor de algunos productos, porque muchos requieren dos cosas: una visión estética y otra visión ética... ya después podríamos hablar de cuánto pueden representar en realidad.
Yo todavía tengo una colección de pecheras bordadas (es lo que queda de mis blusas de hace quince años) que aguardan un buen proyecto para reciclarlas... tengo idea, pero soy muy experimentadora, poco disciplinada (hago las cosas al aventón, pues) y si bien sueño con una colcha muy particular, todavía no me hago del tiempo y el espacio para hacerlo... quizá debiera tener la paciencia de esas mujeres, que solo le dedican una hora diaria a su trabajo en el telar para gestar maravillas desde sus manos.


lunes, 6 de junio de 2016

San Cristóbal en modo doméstico

En otras palabras, San Cristóbal desde la perspectiva de una como ama de casa improvisada.
A pesar de que uno decide no refundirse en un hotel, optando por rentar una vivienda amueblada, la vida tiene sus "asegunes" cuando se trata de acomodarse y desempeñar diversas funciones en un espacio ajeno, aunque sospecho que las rentas en espacios con inquilinos como una servidora, abona siempre a favor de la casa (la verdad, por el tiempo y el espacio, es más económico rentar que pagar hospedaje).
Vivo en un espacio que puedo considerar idóneo... lo suficientemente grande para entrar, lo suficientemente pequeño para limpiar de manera rápida... y con espacio al aire libre. Ventajas de quedarse en la parte de afuera de la ciudad.
Sin embargo, equipar una casa equipada tiene sus detalles... hacer el súper y comprar cosas que uno no se imagina que necesita cuando se muda a un espacio con "todo"... por ejemplo, unas tijeras, los complementos para el baño (cada uno tiene sus manías al respecto), los trapos, los limpiadores, un cuchillo que corte como se debe o uno de esos primitivos aparatos como son los exprimidores de jugo manuales y de plástico ... uno reinicia en momentos insospechados... y en recomenzar llevo como $2,000 en puras minucias de supermercado que seguramente y en su mayoría se quedarán en el domicilio que habito... a menos que la vida me de para otra experiencia de rentar casa amueblada "con todo" y a corto plazo (por ejemplo, ahora vente un mes a Tequisquiapan, por ejemplo).
Lo bueno es que la casa si está equipada con chimenea - aunque en esta época del año no es tan indispensable.
En el caso de la lavada de la ropa, en una ciudad donde uno encuentra hay lavanderías cada tres cuadras, puede una peregrinar para descubrir que ninguna de éstas es como aquéllas que acostumbraban en mi pueblo (Satelucmex), donde uno puede poner la ropa en la lavadora, pasarla a la secadora (con doble turno, las secadoras de lavandería nunca secan a la primera ronda), llevar su detergente, etc. en otras palabras donde uno puede lavar respondiendo a sus muy peculiares manías.
Las lavanderías locales dan servicio completo, o no lo dan, en otras palabras hay que dejarles la ropa y recogerla al día siguiente, lo que lleva a otra decisión... ¿cuál dejo en la lavandería y cuál lavo a mano (conforme a mis manías, se entiende)?...es volver a otros tiempos, y en mi caso son muy, muy remotos.
(Una vez que uno descubre electrodomésticos como la lavadora, la secadora, el refrigerador, el horno eléctrico, el micro, la licuadora y el procesador de alimentos... se pregunta cómo se podría administrar la casa antes de semejantes maravillas... perdón, pero ya descubrí que puedo pasármela sin internet, pero no sin lavadora.)
Hablando del internet, este lugar es territorio "Telcel" región 0.05... la conectividad es fatal hasta donde dicen que hay conectividad... en mi casa, el internet lo apañaron los vecinos (estoy en una privada donde la dueña construye cabañas y las renta) y no hay modo de le toque red a la casa; en el centro donde imparto la clase, todos beben de una misma fuente, lo que hace que Aulas IV en el Campus Estado de México parezca un paraíso de conectividad... motivo por el cual pienso que terminaré por hacerme clienta de un changarro donde haya internet gratis, aunque tenga que echarme un día sí y otro también un chocolate bastante decente, en calidad y precio (no he visto Starbucks y espero que no llegue, la variedad local - chiapaneca, mexicana o internacional, es muuuuuy bueeeeena, buenísima, pregúntenle a mi tarjeta).
También tengo que mencionar, en este modo doméstico, a mi secadora de pelo, ayer descubrí que tiene usos no imaginados en otras latitudes, por ejemplo, para secar la ropa después de tres días de lluvia, suficiente lluvia para que todos los zapatos estén mojados y la ropa lleve dos días tratando de secarse (esa que no llevé a la lavandería, la otra la recojo al rato).
En cuanto a los medios de comunicación, yo que soy radioescucha aficionada, la estoy padeciendo entre el noticiario matutino - tan al modo local que si no informa que el PRI-PVEM van ganando las elecciones de ayer, mejor no dicen nada - y las charlas cristianas de las tardes: cuatro o cinco estaciones de FM en donde la música son puros cantos de alabanza y las charlas - ya quisiera Martha Debayle - son profundamente evangélicas, en español, en tzotzil o en ambas lenguas; solo me salva en cuando a la escucha el i-pod, aunque sospecho que tendré que aumentar la variedad de música.
Como no tengo internet, no hay cable, la televisión de esa casa está de adorno y tampoco hay modo de acercarme a Netflix ... llevo una semana sin ver televisión, descubriendo que puedo vivir sin esto pero no sin mis libros (gracias Genoveva Flores por ese encantador "Adiós a los padres") ni mi secadora de pelo, que no me ha servido mucho para el peinado en estos días en donde "llueve y me mojo, como los demás", pero sí ha sido útil para bajar el nivel de humedad de los calcetines.

jueves, 2 de junio de 2016

Chiapas

El domingo pasado, llegando a Tuxtla Gutiérrez, consideré con mi hijo que lo mejor - después de 12 horas de carretera el sábado - sería caminar...
... y el mejor lugar para caminar y oler la selva, se llama Zoomat - Zoológico Miguel Álvarez del Toro.
Miguel Álvarez del Toro, nació en Colima, pero trabajó, investigó, escribió y fundó una obra trascendente en Chiapas... no solo hizo esto... antes de su muerte, dispuso que sus cenizas fuesen dispersadas en el lugar en el que fundó el Zoológico que hoy lleva su nombre, en la reserva del Zapotal, entre la colección de fauna y algo de flora que reunió para mostrar a quien quiera verlo que los seres humanos tenemos una ineludible responsabilidad en el cuidado del hábitat que es de todos... el gesto de pedir que sus cenizas queden entre su obra, para quienes creemos que la vida no es solo la manifestación física sino la espiritual, guarda el profundo significado de convertirse en el guardián permanente de su tarea educativa.
De Tuxtla, y sus diferentes tipos de calor - gran descubrimiento personal después de años de vivir allí... hay diferentes tipos de calor durante el día (la temperatura puede no variar, la sensación si se transforma)... paso a San Cristóbal de las Casas... que significa otra cosa después de leer la obra de Gustavo Gutiérrez sobre Bartolomé de las Casas... cierto, esta ciudad, esta región puede transformarte cuando aprendes a valorar lo que significa indignarse por tanto con lo que uno se va tropezando... aquí uno no viene a redimir a los otros, viene a redimirse a sí mismo... a partir de hacerse consciente de lo que nos falta humanizarnos como humanidad.
Comparto tiempo, espacio, esfuerzo con un grupo de jóvenes que en su mayoría no han estado cerca de carencias, que han pagado por sus aventuras, que pueden convenir en rentar un par de avionetas para "ir a dar una vuelta" a la zona de los Lagos de Montebello, de Bonampak y Yaxchilán... acostumbrados a que nadie ponga objeciones a lo que es su voluntad y que dicen que llegaron aquí por 200 hrs. de servicio social y salir "de su zona de confort"... 
Yo no sé que pase con ellos en estos días... por lo pronto dos de ellos ya saben lo que es empujar un triciclo cargado con 10 garrafones de 20 litros de agua por una calle no pavimentada... no más de 100 metros... solo para darse cuenta que esto está cañón...
... yo no he tenido tiempo para acabar de componer el cuadro de indignación personal que incluye desde la vejación pública a dos profesoras, las escuelas vacías, los caminos cerrados, la cerrazón de la persona que ocupa un escritorio y que no se mueve de allí en la Ciudad de México, la idiotez (idiota, el que no participa en los asuntos de la polis, el ausente de lo público, diría Aristóteles... idiota moral, lo llama Norbert Bilbeny a quien asume dicha actitud) de un "alguien" que no interviene, no dice, no hace... pero cobra de gobernador... que no interviene, no defiende... un lugar en donde uno no necesita acabar de indignarse para comenzar a elevar la voz y decir la verdad ... 
Esta ciudad vive al resguardo de Bartolomé de las Casas... y de Samuel Ruiz, ante quien Francisco convocó de nuevo al Padre, en la oración que compartimos quienes todavía pensamos que hay que acudir al espíritu para fortalecer la congruencia y el respeto a la dignidad... algo de eso se me pegará, y entonces tal vez me de cuenta de porqué acepté venir a trabajar aquí.


domingo, 29 de mayo de 2016

"Road movie"

Un tema evocador, que sintetiza en un estilo de cine algo que tiene miles de años, que se repite en cada relato - diría Cambell - la jornada, el recorrido...
¿Por qué recorrer más de 900 km. en automóvil si se puede tomar un avión?
Porque no hay nada como reconocer el paisaje, ver si las cosas cambian, si siguen igual, si lo hermoso sigue hermoso porque lo hemos cuidado, o simplemente, por hermoso se ha privatizado y se le ha construido una barda alrededor... para que solo lo mire el "Gigante Egoísta".
En el aire difícilmente se alcanza a percibir lo que se mira desde la tierra... los espacios incendiados - no solo anímica sino físicamente - de Veracruz, la presa semi-vacía, sequía de ánimo, de voluntades, de diálogo en Malpaso, la ciudad que siempre está en obra - pero que no parece transformarse en esencia (Puebla), la pobreza y la riqueza de este país... si uno no recorre el camino y observa, ¿cómo puede cuestionarse? ¿cómo puede medir lo que le falta?
Aprendí a amar este país por los ojos... en los recorridos con mi abuelo, con mi padre, con mi madre... negarme la experiencia de tomar un vehículo y recorrerlo es limitarme, y no quiero que eso suceda...
Ayer, las mañanas brillantes, los atardeceres hermosos, el árbol muerto... todo me recuerda que el camino de la esperanza tiene que estar fincado en la experiencia y el reconocimiento de que hay algo para disfrutar y algo para mantener, reconstruir, transformar ...
Por eso, en carro, mientras se pueda.


domingo, 22 de mayo de 2016

Acelerando en curva

Los "nuevos reglamentos" de tránsito vigentes en la zona y los nuevos sistemas de sanciones, combinados con el "Hoy no circula" sencillo, doble o lo que el ozono obligue esta semana, no son nada comparado con el acelere que de pronto nos marca la vida... porque no hay multas, no hay pausas, con trabajos hay fotos.
Un día - no muy lejano - respondí un "sí" a una invitación, y si bien puedo dimensionar lo que significa  (porque llevo unos cuantos años trabajando en el mismo lugar), la realidad es más compleja... porque es un sí que tiene una historia personal, su buena dosis de indignación, el reto creativo, y - por si no fuera suficiente - entrarle con todo y la dinámica familiar... no sé que es lo que me tiene más asustada, o bien, si es el todo en su conjunto.
El próximo sábado voy a un viaje que una vez dije que haría - pero hace más de diez años y en sentido contrario. El perro, ya no nos acompaña... pero vamos mis hijos y yo, yo voy a trabajar... y hacerle de jefa de familia, para algunas amigas - que ya lo han hecho - quizá sea algo que contemplen a estas alturas como parte de la rutina, pero en mi caso, mi "techo de cristal" es tan ancho como las paredes de un acuario, y así, con todo y techo, es que me voy de regreso a vivir algo que quería vivir hace quince años... quería vivir en San Cristóbal de las Casas, y eso es lo que pienso hacer al menos el próximo mes... ¿y luego?
Cosas extrañas pasan en este proceso... la semana pasada fue semana de encuentros con el pasado muy remoto... que me acercan mucho a ese mapa de los seis grados de distancia... y la recursividad de las relaciones interpersonales... ¿debería pensar que son buenos augurios o simplemente coincidencia de la vida? Hay quien dice que las coincidencias no existen, que vivimos en un gran mundo de redes y conexiones que rebasan nuestra propia conciencia... es válido creer en eso, es un buen argumento para escapar de esa sensación de orfandad y desamparo que en ocasiones, y en un grado mayor o menor, nos recuerda que los otros son parte de uno mismo... es válido creer que el talento es algo que proviene de la herencia y la conciencia... que si uno solo desocupa su cuerpo y comienza a vivir en el corazón de los demás, cada quien encontrará en su momento de duelo, una respuesta que proviene del corazón y que posiblemente reconozcamos como un susurro de aquellos que ya no están con nosotros físicamente, pero que permanecen en nuestra memoria.
Al final, sin embargo, es uno y solo uno quien tiene que enfrentar lo que le corresponde... esos sí que dijo desde el corazón, a pesar de que una parte de la cabeza quiere infundir miedo y la otra empuja a actuar para rebasarlo.
Voy acelerando en una curva... 




miércoles, 11 de mayo de 2016

Apocalipsis ¿cuándo?

Tiembla en Japón, tiembla en Ecuador, tiembla en la Ciudad de México ... y comienza a desatarse la incertidumbre, compañera desde que los seres humanos - por alguna extraña razón, o más bien, precisamente a consecuencia de ella - cobramos conciencia de nosotros mismos y de lo pequeños que somos ante la maravilla de la Vida que nos rodea, de la misteriosa Sincronía del Universo, de aquéllo de lo que nunca hemos sido dueños, pero ¡ah! como quisiéramos serlo... el tiempo y el futuro.
Rumores van, rumores vienen y las redes se adueñan de nuestros miedos... tendríamos que saber cuándo, cómo, dónde, quién pone los límites a nuestra existencia...
Así sucedió en el año 1000, d.C. en las vísperas del 2000, y ahora al parecer nos toca el fin del mundo para el próximo viernes... 13 para mayor desgracia.
Perdón, pero en estos casos soy tan descreída como Umberto Eco (q.e.p.d.), quien en lúcidos e interesantes ensayos y en su obra "Baudolino" ironizó sobre toda esta tendencia humana, que al parecer ni el conocimiento de la Física, la Química o la Biología (así, con mayúscula porque se trata del corpus de las Ciencias Naturales) nos ha podido quitar: seguimos tan presos de la contingencia y el azar como cuando vivíamos como cazadores-recolectores... y nada de lo que hemos desarrollado, inventado y dominado nos puede llevar a controlar a la Tierra, que se gobierna por sí sola, ni al orden del Universo.
La incertidumbre, al parecer, es característica de la especie humana... para contrarrestarla inventamos la esperanza y la fe... y esto que puede sonar tan simple y tan frío, en el contexto de nuestras vidas resultan motores muy importantes, porque detonan mecanismos que - no puedo saber si en otras especies existen - nos han permitido llegar a ser quienes somos, vivir como vivimos y darle valor a las personas y los acontecimientos.
Incluso, nos permiten dejar a un lado esa inquietud apocalíptica utilizando nuestras mismas ideas para vacunarnos contra ella.
Hace más de veinte años llegué a vivir a un rincón de México que combina la pos-modernidad con los usos y costumbres... y en ese entonces, como en otros lugares, el teléfono no solo servía para pedir pizzas, sino también para vacilar, amenazar, asustar, engañar... recuerdo una ocasión en que llamaron a la casa hasta en tres ocasiones con amenazas de muerte... no era asunto fácil, en plena efervescencia del conflicto zapatista... pero a la cuarta llamada, quien respondió fue la empleada del hogar, que en ese momento estaba sola en casa... cristiana y sumamente devota... llego a la casa y me dice:
"Señora, llamó una persona diciendo que llegaría dentro de poco para matarla... y yo respondí "Está usted totalmente equivocado, dice la Biblia que nadie conoce la hora de su muerte, excepto Dios, así que déjese de tonterías"... ¿creerá que me dijo pen...  y colgó?"
A veces las mejores respuestas llegan de fuentes inesperadas.


jueves, 28 de abril de 2016

Nane

A mis abuelos maternos nunca les llamamos así, fueron el Tata y la Nane.
Mi Tata fue el mayor de una familia de seis, y desde muy pequeño se hizo cargo de sus padres y sus hermanos, conoció a mi Nane cuando ella tendría entre 16 y 18 años (es un dato que nunca nos quedó muy claro) y se casó con ella, a pesar de las objeciones de su madre.
Mi Nane, huérfana de madre desde muy pequeña, educada entre un montón de primos, huérfanos de madre también, por su abuela, interna en un colegio que todavía existe, incipiente estudiante universitaria, al casarse con mi Tata se convirtió en madre de cuatro hijos y madrina de una tropa compuesta por sobrinos y algunos otros chamacos que se fueron añadiendo con el paso del tiempo.
Después fue incorporando a la tropa catorce nietos, sus respectivas parejas, bisnietos y así llegó hasta los 102 años.
Yo crecí entre los años 60 y los 70, leyendo el Excélsior que recibía mi Tata, y que en aquéllos años dirigía Julio Scherer, aprendí a leer en la biblioteca de mi abuelo, quien supongo nunca se imaginó el tipo de lecturas que tenía a mi alcance... baste decir que sospecho que algunos volúmenes estarían en alguna lista de libros prohibidos, sin contar con que yo tenía menos de catorce años. No sé que tan contundente fue en mi formación el contacto con las profesoras de la escuela, o las dirigentes de las guías, quienes abiertamente exponían ideas sobre un movimiento feminista que en México apenas comenzaba a articularse... pero lo que recuerdo es que mis primeras lecciones de servicio a los demás y dignidad me las ofreció mi Nane... un día sencillamente, después de tremendo escándalo provocado por los celos de mi abuelo y después de un año de no dirigirse la palabra, mi abuela se marchó de la casa que compartían en común (y en la que mis padres y hermanos compartíamos con ellos, de la que salimos producto de este "problema") y se fue a vivir por su cuenta.
A la vuelta de los años, también me enseñó que no hay nada que con el tiempo no se reconcilie... y que nunca es demasiado tarde para ello... al final, ambos cerraron amorosamente su ciclo.
Industriosa, experta en la cocina, en la costura, en los primeros auxilios, pero particularmente en el apapacho, mi Nane siempre fue la falda detrás de la que corríamos a protegernos de los correctivos de mi mamá... y el apoyo, con más de 70 años, para cuidar a mis hijos cuando a mi madre le asustaba que su madre anciana tuviese capacidad de viajar a Tuxtla y quedarse con ellos mientras yo salía de viaje por algún motivo... el truco de cocina especial para reparar desastres culinarios... los vestidos a la menor provocación... y mucho más.
Estando ausente de Tuxtla, y mi hijo con el pendiente de participar en la escuela, Nane consiguió que se aprendiera el discurso o recitación que tenía que dar, gestionó el disfraz y ese día - propios y extraños, incluso el mismo Juanito, descubrió que tiene facultades para la oratoria... (aunque no sean propiamente lo suyo)... con mi hermana Carmen hizo lo propio... viajó un año a Memphis para acompañarla con sus dos bebés, quienes gozaron intensamente la presencia de una bisabuela con espíritu de niño.
Cada nieto puede contar su vivencia con Nane, en cada una - afirmo sin dudarlo - estará el sello del cariño y la dedicación que nos tuvo, no solo a nosotros, sino a todos quienes compartieron esa capacidad tan grande de multiplicarse, y multiplicar dones... soy parte de una familia inmensa, porque esa inmensidad la forjaron mis abuelos, se la enseñaron a sus hijos, y sumaron a hijos de otros en ello.
Me quedo de mi Nane con ese impulso que en momentos me ha permitido seguir, cuando de verdad dudo en mi capacidad para transformar circunstancias adversas o difíciles de superar. 
Hace ya algunos años, ella, quien alguna vez se matriculó en la Universidad esperando estudiar medicina, cuando difícilmente las mujeres lo hacían, me dijo en momentos en que francamente me encontraba dudando si terminaba o no el doctorado: "no permitas que nadie se interponga entre tú y tus sueños..."
Gracias Nane... por acompañarme como me acompañaste, por compartirme lo que me compartiste y por esa última chispa el sábado pasado, cuando te di un beso, me miraste como solo tú me mirabas y en tu boca se dibujó es palabra que a veces necesito para aligerarme la vida... "guapa"...

domingo, 24 de abril de 2016

Lo que no puede suplir google

Hace cientos de años, un comerciante veneciano emprendió un viaje que transformó la historia de Europa, desde la gastronomía hasta la guerra... y entre todos los "tiliches" que vino cargando de la China, nos presentó la brújula.
Un personaje en sí misma dentro de la literatura, y para  mi un símbolo del papel que juega la ética en nuestras vidas. La ética no es moralina, es decir, la ética es la reflexión que llevamos a cabo - de manera individual o colectiva - sobre el valor de las acciones, la responsabilidad que asumimos y las consecuencias de las que debemos hacernos cargo.
Cuando afirmo que "no es moralina" me refiero al hecho de que el auténtico ejercicio de la ética se refiere a uno mismo, antes que al juicio y calificación (o descalificación) sobre las acciones de los demás, como si quisiéramos ocultar nuestras fallas evidenciando las de otros, pésimo ejercicio y nula oportunidad de crecimiento.
Tal vez sean los tiempos, la angustia colectiva, la incapacidad de encontrar un sentido propio y el atestiguar que muchos esfuerzos representan gasto de energía pero no resultados lo que nos lleva a la descalificación del otro. Erigirnos como jueces, acusar sin conocer todo el panorama, desgarrarnos las vestiduras al tiempo que apuntamos el dedo señalando "mira lo que hace", "está totalmente equivocado", mientras buscamos afirmar lo bueno y decente que somos, no es un ejercicio que apunte a dar firmeza a un tejido social lastimado y frágil como el que vivimos en estos días.
Las redes sociales, redes sociales electrónicas - les llamaría - han sido la ventana que en estos días me ha llevado a asomarme a este ejercicio tan humano de denostar a los demás mientras, tal vez, busco afirmarme como una "buena conciencia", pero esto solo está en la superficie,
¿Qué nos tiene tan enojados?
Hace poco me topé con una novela, del Premio Nobel de Literatura 2012 Mo Yan, donde deja caer, entre la dolorosa y terrible narración de la lucha del municipio de Gaomi Noreste durante la guerra Chino-Japonesa, una afirmación que cae como plomo en medio del presente:
"A veces me asalta la idea inoportuna de que existe un nexo entre la decadencia de la humanidad y el aumento de la prosperidad y el bienestar. La prosperidad y el bienestar son objetivos conscientes y a la vez predeterminados para las luchas del hombre; esto produce una inevitable, profunda y aterradora contradicción, porque al buscar la prosperidad y el bienestar la humanidad se despoja de muchas de sus mejores cualidades."
Es cierto, algo sucede cuando como humanidad trazamos una ruta hacia una vida de "prosperidad y bienestar" basada en bienes materiales, aspiraciones y estilos de vida que solo favorecen a unos cuantos; algo nos sucede cuando perdemos la referencia de la solidaridad y - porqué no decirlo - la compasión, que son fundamentales para crear y recrear nuestras vidas.
Quizá el rumbo de la prosperidad y el bienestar divergen de aquella aspiración hacia la "vida buena".
Me estoy cansando de leer sobre tantos unos denostando a otros, de que nuestros comentarios evidencien que nos juzgamos incapaces de superar estos momentos, de actuar de manera constructiva, hablar como personas entre personas, pensar y mirarnos en el espejo que somos todos con quienes nos topamos en el día a día... pero me ha tocado descubrir que al parecer estamos equipados - biológica y psicológicamente equipados - con los mecanismos que nos permiten como individuos y como parte de un grupo, de recuperar y restaurar lo que necesitamos para vivir bien... y si bien la ciencia que nos retrata como entidades biológicas avanza y penetra a niveles insospechados en nuestros cuerpos y funcionamientos, solo puede reconocer que no es la biología, sino la psyché, la razón y la voluntad la que puede llevarnos a enderezar el rumbo de nuestras aspiraciones... 
Los componentes de esa brújula, que nos lleva por el rumbo del horizonte hacia la vida buena, una Utopía posible, si queremos ... 



viernes, 1 de enero de 2016

El recuento de los daños

Tengo que confesar que hubo una intensa temporada en que dejé de consumir literatura y me concentré en libros de auto-ayuda... hasta que me dí cuenta que todos dicen lo mismo, y finalmente le endosan a uno la responsabilidad que tiene desde antes de comprar el libro o escuchar el programa de la Sra. Debayle... es decir, uno debería saber desde el principio que es responsable de su vida, tanto de lo que construye como de lo que destruye.
Sin embargo, uno piensa que el pasado puede "superarse" simplemente pretendiendo que no existe, no hablando al respecto, contando la misma historia, o quemando las fotografías... en realidad, el pasado constituye parte de la historia que nos permite situarnos en el presente, pero para esto, hay que hacerse cargo de él.
Después de años de pretender que las cajas de la mudanza algún día se abrirían y los objetos encontrarían su lugar, sin que yo hiciera nada al respecto... hasta que decidí hacer el esfuerzo por apropiarme de lo queda de un pasado que se parece al de muchas personas... la trayectoria de una montaña rusa, con ascensos, descensos, vueltas de 360°, adrenalina y calma... pero que no puede estancarse.
Vacaciones para volver a entrar a esa casa, que inició en un presente con perspectivas distintas, poner orden en los objetos del pasado, separar el trigo de la paja y pensar que hacer con aquello con lo que me quedo en el presente... en donde encajan las cosas y cuál es su destino...entregar lo que no es de uno y - al poner orden - también hacer recuento, pensando que los pasos que siguen tienen que enfocarse para adelante... sin olvidar el balance que se deja atrás.
Lo peor, es que no son los objetos, sino las palabras, las que van construyendo el lazo del pasado con el presente... y si se trata de música - aquí está mi "hit" de la temporada:


Lo que sea que signifique "feliz año nuevo"... representa lo que cada quien le ponga a la vida en compañía de los demás, en un entorno en equilibrio... deseo que - como lo has hecho hasta el momento - lo consigas también en esta ocasión... ¡Feliz 2016!