domingo, 22 de mayo de 2016

Acelerando en curva

Los "nuevos reglamentos" de tránsito vigentes en la zona y los nuevos sistemas de sanciones, combinados con el "Hoy no circula" sencillo, doble o lo que el ozono obligue esta semana, no son nada comparado con el acelere que de pronto nos marca la vida... porque no hay multas, no hay pausas, con trabajos hay fotos.
Un día - no muy lejano - respondí un "sí" a una invitación, y si bien puedo dimensionar lo que significa  (porque llevo unos cuantos años trabajando en el mismo lugar), la realidad es más compleja... porque es un sí que tiene una historia personal, su buena dosis de indignación, el reto creativo, y - por si no fuera suficiente - entrarle con todo y la dinámica familiar... no sé que es lo que me tiene más asustada, o bien, si es el todo en su conjunto.
El próximo sábado voy a un viaje que una vez dije que haría - pero hace más de diez años y en sentido contrario. El perro, ya no nos acompaña... pero vamos mis hijos y yo, yo voy a trabajar... y hacerle de jefa de familia, para algunas amigas - que ya lo han hecho - quizá sea algo que contemplen a estas alturas como parte de la rutina, pero en mi caso, mi "techo de cristal" es tan ancho como las paredes de un acuario, y así, con todo y techo, es que me voy de regreso a vivir algo que quería vivir hace quince años... quería vivir en San Cristóbal de las Casas, y eso es lo que pienso hacer al menos el próximo mes... ¿y luego?
Cosas extrañas pasan en este proceso... la semana pasada fue semana de encuentros con el pasado muy remoto... que me acercan mucho a ese mapa de los seis grados de distancia... y la recursividad de las relaciones interpersonales... ¿debería pensar que son buenos augurios o simplemente coincidencia de la vida? Hay quien dice que las coincidencias no existen, que vivimos en un gran mundo de redes y conexiones que rebasan nuestra propia conciencia... es válido creer en eso, es un buen argumento para escapar de esa sensación de orfandad y desamparo que en ocasiones, y en un grado mayor o menor, nos recuerda que los otros son parte de uno mismo... es válido creer que el talento es algo que proviene de la herencia y la conciencia... que si uno solo desocupa su cuerpo y comienza a vivir en el corazón de los demás, cada quien encontrará en su momento de duelo, una respuesta que proviene del corazón y que posiblemente reconozcamos como un susurro de aquellos que ya no están con nosotros físicamente, pero que permanecen en nuestra memoria.
Al final, sin embargo, es uno y solo uno quien tiene que enfrentar lo que le corresponde... esos sí que dijo desde el corazón, a pesar de que una parte de la cabeza quiere infundir miedo y la otra empuja a actuar para rebasarlo.
Voy acelerando en una curva... 




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